El gobierno puso sobre la mesa un tema que generará debates en la interna del Frente Amplio (FA) y con el movimiento sindical: la posibilidad de suscribir un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China. El presidente Tabaré Vázquez aseguró ayer en el Consejo de Ministros abierto que se realizó en San José que ningún país del Mercosur expresó su oposición a que Uruguay firme un TLC bilateral con China. De todos modos, tras la reunión que Vázquez mantuvo con el presidente argentino Mauricio Macri la semana pasada en Buenos Aires, quedó claro que este último país prefiere que el acuerdo se firme desde el Mercosur.

En la cancillería, el tema del TLC con China lo manejan directamente el ministro Rodolfo Nin Novoa y el director de Asuntos Económicos Internacionales, Ricardo Nario. En ocasión del viaje de las principales autoridades del gobierno a China, Uruguay entregó un documento de “Términos De Referencia” (TDR) para el acuerdo. El TDR define qué áreas le interesa al país liberalizar, qué áreas se consideran sensibles y cuál es el mecanismo de solución de controversias que se propone. Según dijeron a la diaria fuentes de la cancillería, el TDR sólo está en conocimiento de Nin y Nario. El director de Asuntos de Integración y Mercosur, Gabriel Bellón, advirtió a las autoridades que podía haber reticencias de Brasil y de Argentina. Nin quiere esperar a tener una respuesta de China (que debería entregar a su vez otro TDR, para mostrar su voluntad negociadora) antes de colectivizar el documento en la interna del ministerio.

Mientras tanto, el PIT-CNT se reunirá con Vázquez el próximo lunes para discutir, entre otros temas, la posibilidad de un TLC con el gigante asiático, según anunció el propio presidente ayer. El dirigente del PIT-CNT Milton Castellano dijo a la diaria que la central está de acuerdo “en ampliar las relaciones comerciales con China, que es nuestro principal socio comercial”, pero rechaza los formatos de los TLC. “Nosotros hemos tenido una opinión contraria a los formatos de TLC. Como es una negociación que recién se inicia, nos parece que sería bueno estudiar los contenidos, porque hay una enorme asimetría entre China y Uruguay. Si se va a trabajar sobre los formatos conocidos [de TLC], Uruguay no puede entrar en esas negociaciones”, consideró Castellano.

A distancia

En este marco, el Programa de Estudios Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República editó recientemente su “Anuario de política internacional & política exterior 2015-2016”. Uno de los artículos, escrito por el investigador de ese programa Wilson Fernández, analiza la política exterior uruguaya en el tercer gobierno del Frente Amplio (FA). Para Fernández, la posición de Nin de “ponderar a China como un gran socio” desde “una estricta dimensión económico comercial y sin imputar peligros con su expansión”, contrasta “con algún reproche plasmado en la propuesta preelectoral del FA, documento que advierte que el relacionamiento bilateral con ese gigante oriental debe atender principios de equidad y respeto a las soberanías políticas y económicas, y reconocer las asimetrías”.

En términos generales, Fernández sostiene que se pueden constatar “claras diferencias” entre las bases programáticas preelectorales del FA y las “manifestaciones y acciones del canciller Rodolfo Nin Novoa, tanto en el período de instalación al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores como en su primer año y medio de gestión”. El investigador estima que la apuesta de Vázquez al colocar a Nin al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores fue “para evitar las desavenencias entre la cancillería y el equipo económico, verificadas en la política exterior de su primer gobierno”. “Vázquez parece estar marcando un perfil economicista para su política exterior, especialmente al concebir como tarea fundamental de la cancillería fomentar el comercio exterior y atraer inversiones para el sector productivo”, apunta.

El investigador considera que “el eje Vázquez-Nin Novoa-Astori” en materia de política exterior “reivindica apuestas y estrategias que el ministro de Economía y Finanzas propulsara entre 2005 y 2007”, en referencia a una visión “aperturista y crítica del funcionamiento del Mercosur” y al impulso de TLC con países como Estados Unidos y China. Esta visión, sostiene Fernández, “marca diferencias con un importante, y en ciertos contextos mayoritario, conglomerado de grupos de la coalición de izquierda”.

En este marco, el académico explica la decisión de Vázquez de apelar al plenario del FA en ocasión del retiro del país de las negociaciones del Acuerdo sobre Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés) por la “necesidad imperiosa de consolidar gobernabilidad ostentando una mayoría parlamentaria exigua”.

Fernández concluye que la política exterior de este gobierno estará marcada, o bien “por tensiones y concesiones recíprocas entre distintos actores del partido de gobierno”, o bien “por una alianza ad hoc entre un sector ‘más oficialista’ del FA y los principales partidos de la oposición”.