El término pulp hace referencia a unas revistas de bajo costo y destinadas a un público masivo que, sobre todo en Estados Unidos, proliferaron entre la década del 20 y la del 50 del siglo pasado. Herederas del folletín decimonónico, se especializaban en la llamada literatura de género, y las había de terror, de ciencia ficción, policiales, de aventuras, de westerns y románticas. Tenían portadas muy vistosas, llamativas ilustraciones interiores, y privilegiaban el dinamismo, la acción y lo extraordinario. El nombre pulp refiere a la pulpa de madera que se utilizaba para fabricar el papel amarillento y barato que caracterizaba a esas publicaciones.
Entre las revistas de ese tipo que tuvieron más éxito podemos contar a Argosy, Adventure, Blue Book, Short Stories, Amazing Stories, Weird Tales, Doc Savage, The Shadow, Love Story Magazine, Horror Stories, Unknown y Western Story Magazine, entre otras, cuyos títulos en algunos casos eran genéricos y en otros tomaban el nombre de un personaje especialmente popular de sus historias. En su momento fueron despreciadas por un importante sector de los intelectuales, pero hoy se han convertido para muchos en objetos de culto. Su calidad literaria no siempre era la mejor, pero por lo general el entretenimiento estaba garantizado, y a veces los lectores se encontraban con verdaderas obras de arte. De hecho, muchos autores actualmente reconocidos se iniciaron o frecuentaron estas publicaciones, entre ellos Howard Phillip Lovecraft, Robert E Howard, Isaac Asimov, Arthur C Clarke, Ray Bradbury, Theodore Sturgeon, Richard Matheson, Robert Sheckley, Phillip K Dick, Dashiell Hammet y Marion Zimmer Bradley.
El pulp, en esencia, nunca desapareció. Mejoraron el papel y la encuadernación, y las publicaciones se tornaron más profesionales, pero el espíritu se mantuvo. En Estados Unidos, publicaciones legendarias como Fantasy and Science Fiction (nacida en 1949) persisten junto a nuevas propuestas, es cada vez más frecuente la reedición de los considerados clásicos del género, y se está produciendo un revival de este, que rescata con una mirada afectuosa todo aquel mundo. Se multiplican las antologías (por ejemplo, de míticas publicaciones como Horror Stories y Terror Tales) y los libros que cuentan la historia de revistas emblemáticas, al tiempo que día a día se redescubren y revalorizan autores. Una de las editoriales que más llama la atención es Radio Archives, que vende audiolibros, e-books, libros en papel y preciosas reediciones de revistas, con especial atención a personajes como Doc Savage, The Spider, The Shadow o The Black Bat. El máximo representante del nuevo pulp estadounidense es Barry Reese, nacido en 1972, que intenta revivir el espíritu de antaño con las series The Rook (el grajo) y Las aventuras de Lazarus Gray.
En nuestro idioma: Argentina y España
Hace poco, la editorial argentina Ayarmanot, dedicada a la ciencia ficción, editaba dos revistas: Sensación!, orientada al pulp, y Próxima, más volcada hacia la ciencia ficción contemporánea en español. La diferencia -y esto es interesante para identificar la distinción que hoy se hace cuando se habla de pulp- es que los relatos de Sensación! eran acaso más ingenuos, como los referentes del género (aunque hubieran sido escritos en la actualidad), y se centraban en la acción. Había, por lo tanto, un intento de recuperar el espíritu de aquella época en la que lo más importante no era la verosimilitud, sino la sensación de maravilla. Próxima sigue viaje, cada vez mejor editada, y ya va por el número 30, pero Sensación! no logró superar el 3. Una suerte similar corrió la cordobesa Palp, revista de género, de la editorial Llantodemudo, que en junio de 2014 puso fin a su periplo con apenas dos números.
Con bajas tiradas pero envidiable entusiasmo, y una fuerte orientación hacia la space opera, la Asociación de Publicaciones de Ficción (APF) argentina reúne una larga lista de revistas como Leyendas Planetarias, Relatos Increíbles Interplanetarios, Aventurama, Acción y Fantasía y la más longeva, Ópera Galáctica, que ya llegó al número 40. La APF también reanudó la legendaria colección de novelas Pistas del Espacio.
En materia de libros, la editorial Clase Turista inició en 2012 la colección Saqueos en Greiscol, dedicada a los “géneros pulp”, que ha incluido obras muy curiosas como Las mellizas del bardo, de Hernán Vanoli, una novela de carretera en un mundo dominado por mujeres, donde una pareja de pandilleras huye a toda velocidad con un cyborg de Lionel Messi. El título más reciente, En la montaña (una colección de relatos fantásticos de Sara Gallardo), se publicó en 2014. Interzona también tiene su colección dedicada al género, Zona Pulp, con novelas de temática policial, de zombis, ciberpunk y hasta un cóctel como Trasnoche vudú, de Nicolás Dalinuk, que incorpora motoqueros, magia vudú, licántropos y un científico loco. Pictus, de buena distribución en Uruguay, tiene material muy interesante de Poe, Arthur Conan Doyle y Lovecraft, y en su catálogo se destaca una joya que no se conseguía facilmente por aquí: Solomon Kane, de Howard, con prólogo de Lovecraft, traducción de Elvio E Gandolfo e ilustraciones de Salvador Sanz.
En términos económicos, el pulp que se publica en España goza de mejor salud. Hay varias editoriales que conviene tener en cuenta: Valdemar, Dlorean, La Biblioteca del Laberinto, Darkland, Neonauta y Tyrannosaurus Books.
Valdemar tiene su fuerte en los autores anglosajones, con obras de escritores como Howard o Lovecraft, y entre sus antologías hay dos memorables. La primera, Maestros del horror de Arkham House, recopila relatos de la mítica editorial estadounidense especializada en literatura fantástica y de terror, fundada en 1939 por el escritor August Derleth; la otra, imprescindible, es Los hombres topo quieren tus ojos y otros relatos sangrientos de la era dorada del pulp, con lo mejor de las revistas de terror de la primera mitad del siglo XX. La selección fue realizada por Jesús Palacios, que además aporta un ejemplar estudio introductorio.
Dlorean, además de publicar a autores nuevos de calidad, está rescatando las obras publicadas con las firmas Lem Ryan (1965, seudónimo de Francisco Javier Miguel Gómez), Curtis Garland (1929-2013, seudónimo de Juan Gallardo Muñoz, quien en su momento recibió elogios del mismísimo Onetti) y Lou Carrigan (1934, seudónimo de Antonio Vera Ramírez), conocidos por los lectores por haber sido tres de los escritores que, en décadas pasadas, publicaron en los populares bolsilibros de Bruguera. En la actualidad, Gómez/Ryan escribe historias con influencias lovecraftianas. De la extensa obra de Gallardo/Garland, que abarca más de 2.000 títulos, la editorial está rescatando sus novelas de espada y brujería, terror y artes marciales. De Vera/Carrigan ha comenzado a editar la saga Baby, espía mortal, protagonizada por un personaje al que presentaba como la espía más bella y peligrosa del mundo. Esa serie alcanza la escalofriante cifra de 500 títulos, y su creador ha hecho las gestiones pertinentes para que sea incluida en el libro Guinness de los Records.
Para los amantes del más tradicional pulp anglosajón, La Biblioteca del Laberinto es una excelente opción. Posee un extenso y cuidado catálogo que incluye una gran cantidad de obras de Howard y de Edgar Rice Burroughs, junto a antologías de revistas emblemáticas como Weird Tales, Astounding Stories, Planet Stories o Wonder Stories. Darkland reedita en formato de bolsillo obras policiales (Curtis Garland), de piratas (Arnaldo Visconti) y del Lejano Oeste (Silver Kane). También ofrece novelas pulp consideradas básicas para descargar en su web. Neonauta apuesta por los bolsilibros (western, bélico, steampunk, fantasía) con autores como Luis Guillermo del Corral y Cano Farragute, entre otros.
Tyrannosaurus Books se especializa en maravillosos engendros bizarros que ningún fan del pulp y del cine clase B debería perderse. En su catálogo se incluyen delicias como Los surfistas nazis deben morir, de Edward Cross (novelización de la mítica película de la productora Troma dirigida por Peter George), o Batalla de Chicago, de Tony Jiménez (Drácula contra La Momia en tiempos de la Ley Seca).
Una mención especial merece Alberto López Aroca, que al frente de su Academia de Mitología Creativa Jules Verne viene editando, con el recurso del crowdfunding o venta anticipada, un material extraordinario. No sólo ha podido publicar sus propias novelas basadas en el personaje de Sherlock Holmes, sino también a Gallardo Muñoz, quien como ya vimos que firmaba como Curtis Garland (o Donald Curtis). De este autor ha editado dos preciosos tomos: Jack el destripador (con seis novelas sobre ese célebre asesino) y Monstruos en el Oeste, que recopila siete bolsilibros de temática Weird West, un explosivo y francamente entretenido subgénero, muy de moda en la actualidad, que ubica en el Lejano Oeste a seres sobrenaturales como vampiros, zombis u hombres lobos.
Rafael Barberán Domínguez (Barcelona, 1939), más conocido como Ralph Barby y llamado “la última leyenda de la literatura pulp en España”, es uno de los mejores autores de bolsilibros de este tipo, con más de 1.000 títulos entre obras de ciencia ficción, policiales, western y terror. Sigue en actividad a los 77 años, y su más reciente trabajo es una ambiciosa novela de terror titulada La baronesa, editada en 2013 por Imágica y en 2016 por Séptimo Sello. También es muy encomiable la labor de la ACHAB (Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro), dedicada al “estudio, conservación y divulgación de la novela popular española de la segunda mitad del siglo XX”. Ha reeditado clásicos de Gallardo/Garland, y tiene proyectado seguir con Alex Towers (nacido Ángel Torres Quesada).
Pero para sentir el pulso del pulp, nada mejor que ir a las revistas. En ese terreno hay que recomendar Planeta-Neo Pulp (Dlorean), especializada en ficción hispana actual; y dos publicaciones que ofrecen muy buenos artículos y una atractiva mezcla de autores anglosajones e hispanos: Delirio (La Biblioteca del Laberinto) y Barsoom, de la editorial homónima. Y como siempre hay lugar para sorpresas de último momento en este espacio literario, el colectivo Sisterhood y la editorial Ofegabous han lanzado la colección Pulpería (de “literatura popular feminista”), “con la intención de acabar con el vacío que existe de ficción feminista en lengua castellana y la necesidad de inyectar en el imaginario colectivo referentes que faltan”. Vanth, de Cristina Jurado, es su primer título.