Hasta el 14 de diciembre había 10.689 personas privadas de libertad, pero saber exactamente cuántas de ellas figuran como empleadas no es tan fácil. Redondeando, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que hay 3.000 reclusos trabajando, y “otras tantas personas privadas de libertad, o más”, que estudian. De aunar “esfuerzos” para que la mayor cantidad de reclusos puedan trabajar surgió el convenio marco con la Intendencia de Montevideo (IM) para cumplir con la “rehabilitación”. “La única forma de rehabilitar a quienes han perdido la libertad por la forma de vida que habían adoptado es el trabajo y el estudio”, sostuvo Bonomi ayer, en la firma del acuerdo. “A veces es difícil”, remató. Las “oportunidades laborales” serán coordinadas por la Oficina de Supervisión de Libertad Asistida y la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado. Por su parte, el intendente capitalino, Daniel Martínez, dijo que como presidente de la Comisión de Seguimiento Carcelario en el período pasado, tuvo la posibilidad de recorrer todas las cárceles del país, y considera “importantísimo dar alternativas laborales tanto al preso como al liberado para su reinserción en la sociedad”.

Altos operativos

Bonomi aprovechó la ocasión para señalar que “bajaron las rapiñas, los homicidios, los copamientos”. Aunque “algunos cuestionan” los datos, considera que “a veces, al cuestionar, es como que en el fondo desearan que esas no fueran las cifras, para poder tener razón en lo que dicen, pero no tienen razón, las cifras son las que dimos” y las que elabora el propio Ministerio del Interior. “Hoy [por ayer] son mejores que cuando las dimos, y aspiramos a que dentro de cinco días sean mejores que hoy, y aunque no lo sean, va a haber una baja”, agregó. Explicó que las bajas se deben a los buenos resultados del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), que trajo como consecuencia no esperada un aumento en la prisionalización, y anunció que lo ampliará. Aún no ha decidido cómo lo hará: si aumenta la presencia policial en la zona metropolitana (se implementó el año pasado, con 1.500, 250 y 200 oficiales, respectivamente); si se extiende a otros departamentos, o si se extiende el horario de acción (funciona ocho horas). “No va a ser una evaluación de las autoridades políticas, tiene que ser una evaluación de la Policía y el grupo de información táctica, que es el que está día a día evaluando”, sostuvo. Por otro lado, Bonomi reconoció que una vez que se amplíe el PADO, “va a haber más aumento” de reclusos. En ese sentido, dijo que es “absolutamente imprescindible empezar a pensar en penas alternativas, y que quienes están privados de libertad estén más tiempo trabajando y estudiando que adentro de una celda chica por 24 horas... Cuando salen, salen rabiosos”. Por eso es que eligió “el camino de aumentar las posibilidades de trabajo”.