24.000 familias católicas colocaron en la fachada de sus casas sendas balconeras con la imagen del nacimiento de Jesucristo, como parte de una iniciativa de la iglesia católica para combatir la “descristianización de la Navidad”. Si bien en la interna de la arquidiócesis de Montevideo muchos consideran la campaña “un éxito”, también hay voces críticas. “La Navidad hoy en día está asociada al hedonismo despreocupado, los excesos de comida y bebida y el consumo irresponsable, o sea, una cantidad de cosas que a la gente le encanta. Por querer transformar algo así en un momento de reflexión sobre la importancia de la familia, los valores cristianos y cosas aburridas por ese estilo es que la iglesia está como está. En lugar de repartir balconeras, yo hubiera repartido una canasta con un lechón, whisky y un auto a control remoto para los niños”, aseguró un arzobispo de una ciudad del interior. Pero entre los principales jerarcas de la iglesia existe la impresión de que, más allá del éxito o fracaso de la campaña, se trataba de algo necesario. El cardenal Daniel Sturla resaltó la importancia de “reflexionar sobre el hecho de que en Navidad no solamente recordamos la figura de Jesús, sino también de la Virgen María, quien desde los frescos de las iglesias protege a nuestros hijos de los curas pedófilos”. Según el religioso, muchos de los abusos sexuales contra niños que ocurrieron durante décadas en la iglesia católica se debieron a que algunos padres “descuidados o simplemente irresponsables mandaban a sus hijos sin encomendarlos a la Virgen María, por lo que iban completamente desprotegidos. Pero gracias a la política del Vaticano de transparentar todos los casos de pedofilia, hoy por hoy los padres saben que si sus hijos asisten solos a la iglesia deben hacerlo bajo algún tipo de protección divina que los aleje de la tentación de pecar y provocar a los sacerdotes con sus miradas pícaras e insinuaciones”.