Con números en rojo de algunas instituciones mutuales y con el trasfondo de la puja por el valor de las cápitas que el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) paga a los prestadores integrales por cada usuario afiliado al Seguro Nacional de Salud (SNS), el miércoles 7 se discutió en la Junta Nacional de Salud (Junasa) el informe de desempeño económico-financiero de los prestadores elaborado en octubre por el Ministerio de Salud (MS).

El documento presenta tres capítulos -el de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), el de las Instituciones de Asistencia Médica Colectiva (IAMC) y el de los seguros privados integrales- que detallan el resultado económico-financiero de 2010 a 2015.

Una de las conclusiones es que la incorporación gradual de colectivos al SNS “determinó que los ingresos provenientes del Fonasa, tanto de las IAMC como de ASSE, estén creciendo como proporción del total”, expresa el informe. Ese crecimiento es notorio en ASSE (ver infografía) pero también en las IAMC, donde las transferencias del Fonasa representan 75% de sus ingresos.

Pese a que las IAMC-Montevideo reclaman mayores pagos del Fonasa y critican que buena parte de los recursos de la reforma de la salud implementada desde 2008 han ido para ASSE, los números demuestran que se está lejos de saldar la brecha entre el gasto por un usuario de una mutualista y la de un hospital público (ver gráfico): “El gasto operativo por afiliado en las IAMC se sitúa un 30% por encima del que verifica ASSE en 2015, aunque ambos se encuentran por debajo del gasto por usuario de los seguros privados”, concluye el documento. No obstante, da cuenta de una mejoría: en 2010 el gasto por afiliado en ASSE era 73% del gasto de las IAMC, y en 2015 esa relación subió a 77%.

Los gastos operativos de ASSE crecieron 34% en el período. El mayor aumento (aunque sólo representa 10% de los gastos operativos) se dio en los servicios asistenciales contratados por ASSE, que crecieron a un ritmo de 10,8% anual (internación en CTI, estudios y traslados en ambulancia).

La información de los seguros parciales integrales es muy breve; lo más importante a destacar es que 60% de sus afiliados son a través del Fonasa. El gasto operativo mensual por usuario es enorme comparado con el resto, pero se explica por el complemento que paga el usuario. Respecto de ASSE y las IAMC, se destacan por tener un menor gasto en remuneraciones a empleados (45,6% respecto de 60,7% de ASSE y 65,4% de las IAMC), y un gasto importante en la contratación de servicios a terceros, como la internación y la atención ambulatoria.

Déficit y superávit

Entre 2010 y 2015 el crecimiento real de gastos de las IAMC fue de 34,8% y el de costos, de 33,6%. El MS destaca positivamente el crecimiento de los ingresos de las instituciones por la sobrecuota de inversión: 1.938 millones de pesos otorgados a las IAMC entre 2013 y 2015, otorgados para solventar principalmente proyectos de mejora de infraestructura, equipamiento y sistemas de información. Pero las IAMC reclaman que la sobrecuota de inversión se interrumpió este año; así lo destacó en diálogo con la prensa el miércoles 7 Luis González Machado, representante de los prestadores de salud en la Junasa. Consultado por la diaria Arturo Echevarría, presidente de la Junasa, dijo que el proyecto está a estudio del Parlamento, y que como la ley inicialmente establecía que ese apoyo era por 24 meses, para continuarlo debe votarse nuevamente en el Parlamento. Si bien el informe consigna que “la situación operativa del sector ha mejorado considerablemente” en el período analizado, se agrega que es de esperar el impacto negativo de la ausencia de la sobrecuota de inversión en los resultados económicos y financieros.

Respecto de lo que podrá ocurrir, Echevarría respondió: “No sabemos realmente cuál va a ser el resultado de 2016, ya que los cambios año a año se han venido procesando de manera distinta. Este año podemos decir que tenemos un efecto negativo de la no continuidad de la sobrecuota de inversión pero tenemos un efecto positivo que es el ingreso de los últimos jubilados al Fonasa, a partir del 1º de julio de 2016, por lo tanto julio, agosto y setiembre, tres meses de los 12, van a estar influenciados por este ingreso de gente”.

Muchas instituciones tienen sus números en rojo. El informe consigna el déficit en el estado de resultados a valores históricos, con ejercicios negativos todos los años; eso si se consideran los gastos operativos y los no operativos (inversiones y gastos financieros).

Ese déficit a 2015 fue de -0,98, pero, según el MS, se explica mayormente por el resultado no operativo (inversiones y gastos financieros), puesto que en 2014 y 2015 los gastos operativos dejaron de ser negativos.

Adentro y afuera

Pero el déficit no es parejo en todo el país. Hay diferencias entre Montevideo y el interior. Las IAMC del interior presentan superávit: de las 25 sólo cuatro tienen resultados ajustados por inflación deficitarios: Comett (Treinta y Tres), Camdel (Lavalleja), Camy (Young) y Cams (Soriano). Por otra parte, siete tienen resultados superiores a 3%: Comta (Tacuarembó), Gremeda (Artigas), Crame (Maldonado), Comeca (Canelones), Camcel (Cerro Largo) y Camedur (Durazno).

Las IAMC de Montevideo, en cambio, tuvieron un resultado ajustado por inflación deficitario en -0,18 (alrededor de 61 millones de pesos). Según el informe, sólo dos de las 11 IAMC con sede principal en Montevideo tuvieron resultados deficitarios: la Asociación Española y Casa de Galicia. El CASMU presentó un resultado ajustado por inflación positivo, pero su gran problema es el resultado no operativo.

Echevarría atribuyó a múltiples factores esas diferencias entre los resultados de Montevideo y del interior del país. Mencionó que se trata de poblaciones distintas, “puede haber instituciones con gente más demandante que otras, puede haber escalas más eficientes que otras, puede haber sistemas de dirección que son distintos, que algunas tengan venta de servicios y otras no; no tenemos elementos para decir que el modelo que hay que seguir es este, porque es eficiente”.

El jerarca descartó que los grandes sueldos que pagan algunas mutualistas a algunos empleados terminen teniendo un papel destacado en los balances negativos, porque “cuando uno hace la división de ese valor sobre la cantidad de afiliados que tienen esas instituciones, no pesa para poder pensar que eso le puede generar alguna dificultad a la institución”.

Más que con esas facetas de la gestión, Echevarría lo relacionó con otra cuestión: “Creemos que hay una subutilización de recursos en el sistema por no tener todavía la complementación que nosotros quisiéramos”. Destacó que hay una “cultura” de los usuarios que los lleva a creer, erróneamente, que “acceder a más estudios, más laboratorios y más especialistas es mejor salud”. “Nosotros pensamos que eso no es así”, remarcó.

González Machado reclamó el aumento de las cápitas. Echevarría reiteró que eso se está estudiando, pero fue categórico al afirmar que “hay oportunidad de conseguir mayores eficiencias y, por lo tanto, que el valor de la cápita que hoy están recibiendo sea suficiente para cubrir el nivel de prestaciones que se les exige a los prestadores”.