En la interna del Frente Amplio (FA) hay diferentes posiciones respecto de la continuidad de los 249 soldados uruguayos en Haití. Aunque la fuerza política resolvió no imponer “disciplina partidaria” en las cámaras legislativas, hasta los menos convencidos planean ir en línea con la sugerencia, que acompaña la voluntad del gobierno.
El Poder Ejecutivo (PE) quiere que los 249 soldados uruguayos de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah, por su acrónimo en francés) permanezcan en el país caribeño hasta abril de 2017. El lunes, tras culminar la sesión de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, dijo en una rueda de prensa que el gobierno dio “los argumentos necesarios” para que se vote esta prórroga que, a diferencia de las anteriores, incluye en el proyecto de ley -que hoy votará el Senado- la fecha de regreso de los cascos azules. Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del que Uruguay es parte, ya había expresado que en abril de 2017 evaluaría la posibilidad de una nueva prórroga. La última extensión que hizo el organismo internacional, en octubre, va hasta el 15 de abril de 2017. El diputado del Partido Independiente Iván Posada dijo a la diaria que “el propio gobierno, con el respaldo de sus legisladores, había manifestado que la vez anterior era la última”.
En el oficialismo se entiende que ya hay un proceso de retirada de las tropas y que esta prórroga es, en efecto, la última. “El espíritu del FA es que de aquí al 15 de abril hay que hacer la mudanza”, dijo a la diaria el presidente de la fuerza política, Javier Miranda, quien además dio cuenta de lo “evidente” que es dentro del FA la existencia de “posiciones disímiles” respecto de la continuidad de las tropas en Haití.
El viernes la Mesa Política del FA llegó a un consenso: ni siquiera el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), que tiene una sostenida posición contraria a la permanencia de las tropas, votó en contra. El año pasado, Luis Puig, diputado de ese sector, desoyó el mandato del FA y manifestó su oposición a la permanencia militar uruguaya en Haití. Este año las cosas son más sutiles: no hay “disciplina partidaria”, ya que el FA atenuó el mensaje que da a los sectores. Esta vez, “recomienda” a sus legisladores votar el proyecto de ley que impulsa el PE. Cuando el tema se votó en la Mesa Política, el PVP se abstuvo y el resto votó a favor, así que se alcanzó un consenso.
Cuando este miércoles se vote en el Senado, el espíritu de los legisladores frenteamplistas va a ser el de no desarticular este consenso. “Para nosotros es un mandato”, aclaró, en diálogo con la diaria, el diputado del Movimiento de Participación Popular (MPP) Alejandro Sánchez, mientras que el diputado del Partido Comunista del Uruguay (PCU) Gerardo Núñez explicó que esta vez la Mesa Política del FA “resolvió algo distinto: se está votando la prórroga pero al mismo tiempo el retiro, y ese es un elemento importante a considerar”. En la misma línea, la senadora del Partido Socialista Mónica Xavier había señalado a la diaria que “ya está resuelto el retiro, con cierta flexibilidad”.
Desde el PVP, en tanto, no destacaron el hecho de que haya una fecha de regreso. Los integrantes del sector dieron una conferencia de prensa en el edificio anexo del Palacio Legislativo el martes, con la intención de difundir, entre otras cosas, que la Minustah es responsable de violaciones masivas, redes de prostitución infantil, e incluso de la muerte de 9.000 haitianos por causa del cólera.
Contrarreloj
Un día antes de la votación en el Senado, el PVP organizó una conferencia breve que contó con la participación de Ángel Vera, quien hacía poco que había regresado de Haití. Fue invitado por Camille Chalmers, un ciudadano haitiano vinculado a organizaciones civiles socialistas. Tras recorrer el país y dialogar con ciudadanos, políticos y colectivos (como el Movimiento Sin Tierra), además de pasar por la zona donde el huracán Matthew dejó casi 1.000 muertos y miles de viviendas destruidas, el militante del PVP se llevó una impresión que él sintetiza como un “problema de soberanía terrible” a la que se suman otros elementos, como la presencia del cólera.
Vera subió al sitio web del PVP el informe que elaboró luego de visitar Haití. En el texto se dice que la Minustah “ha provocado gravísimos daños colaterales. El mayor de todos ha sido más de 9.000 haitianos muertos por el cólera inyectado por la Minustah. 800.000 infectados. El pueblo haitiano no necesita las palabras de Ban Ki-moon. La diplomacia uruguaya debe tomar nota”. Respecto de si en otros sectores no se tiene esta misma visión de la intervención militar en Haití, Vera dijo a la diaria que “hay sectores en la misma línea, pero no han dado la discusión. Tienen una posición similar con el PVP. Pero también hay fracciones, dentro de otros grupos políticos, que piensan como nosotros”. El informe no estuvo pronto a tiempo para ser presentado en la Mesa Política del FA del viernes, porque Vera llegó de Haití ese mismo día, de madrugada.
Visiones negativas sobre los cascos azules
“Tenemos una posición contraria a la existencia de tropas militares en el exterior, en cualquier país. Sabemos que en el fondo tienen otros cometidos que no se vinculan a la paz”, dijo a la diaria Gerardo Núñez, del PCU. El secretario general del sector, Eduardo Lorier, señaló que como “hay un compromiso total de retirarlas en abril”, votaron a favor el viernes.
País tropical
Con la presencia del ministro de Defensa brasileño, Raul Jungmann, en la base aérea de Recife, se realizó a fines de noviembre un acto para celebrar el envío de 240 militares brasileños a Haití. De acuerdo a las cifras oficiales, Brasil cuenta desde 2004 con un contingente de 35.000 soldados en el país caribeño. En todo el mundo son cerca de 1,3 millones, en 30 misiones diferentes. Jungmann destacó la necesidad de estar en las misiones de paz.
Esta política del país vecino no es ajena a Uruguay, según expresó Vera en diálogo con la diaria. “Acá hay dos temas: por un lado, la diplomacia, que permite que Uruguay obtenga un lugar de predominancia en las instituciones internacionales, en la ONU y en la Organización de los Estados Americanos; por otro, lado, el lobby de los militares, que buscan financiar su presupuesto. Uruguay ha seguido en todos estos años a la política de Brasil”.