El PIT-CNT organizó un segundo acto en homenaje al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, fallecido el 25 de noviembre. La cita tuvo lugar en el Velódromo Municipal y contó con la participación de artistas como El Alemán, Héctor Numa Moraes y la murga Diablos Verdes, además de las intervenciones de Valeria Machado, representante de los médicos uruguayos recibidos en la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam), la embajadora de Cuba, Mercedes Sotolongo, y dirigentes de la central sindical. En un ambiente de camaradería, entre banderas de Cuba y Venezuela, los participantes disfrutaron de un evento que, a diferencia del anterior, se realizó “puertas afuera” y no en la sede de la calle Juan D Jackson, donde los trabajadores ya habían homenajeado a Castro -con una concurrencia que desbordaba el local- el 29 de noviembre.

A este último acto también se sumó, en calidad de convocante, el colectivo Ovejas Negras, reconocido en Uruguay por su activismo contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. “Acompañamos al PIT-CNT a homenajear al pueblo cubano, y a Fidel Castro. Quienes luchamos por un mundo mejor y la unidad latinoamericana hemos aprendido mucho de la Revolución Cubana”, informó el colectivo en su página de Facebook el domingo. El coordinador de Relaciones Internacionales de Ovejas Negras, Mauricio Coitiño, dijo a la diaria que Castro “tuvo una posición discriminatoria, por lo menos en los 60, pero luego hizo una autocrítica”. Y agregó: “No se me ocurre un ejemplo de un líder de Estado que realizara una autocrítica y lograra pararse en las antípodas y reconocer que se había equivocado”. Fue en una entrevista que le realizó el periodista español Ignacio Ramonet, para su libro Cien horas con Fidel, que Castro asumió su “parte de responsabilidad” en la política discriminatoria de Cuba respecto de aquellos que no trabajaban ni estudiaban, de los homosexuales y de los hippies. “Con el transcurso de los años, con una población mucho más culta y preparada, se fueron superando esos prejuicios”, señaló el líder cubano, quien había marcado una posición crítica en torno a estas poblaciones tras el triunfo de la Revolución Cubana.

“La contrarrevolución aglutina a lo peor, desde el burgués hasta el mariguanero, desde el esbirro hasta el ratero, desde el dueño de central hasta el vago profesional, el vicioso [...] Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos; algunos de ellos con una guitarrita en actitudes ‘elvispreslianas’, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre […] Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones”, dijo Castro en un discurso para conmemorar el VI Aniversario del Asalto al Palacio Presidencial, en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 13 de marzo de 1963, según se puede leer en el sitio web de Juventud Rebelde, periódico cubano dirigido por la Unión de Jóvenes Comunistas. Esta postura se tradujo luego en una discriminación del aparato oficialista a la colectividad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). “Había una política de Estado que no consideraba aptos para revolucionarios a los LGTB”, indicó Coitiño, quien reconoció, además, la existencia de “campos de reeducación” en Cuba, también conocidos como las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), a donde se mandaba a jóvenes “no aptos para la revolución” para reeducarlos. El documental Conducta impropia, de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, retrata el acoso sufrido por los que fueron llevados a esos campos.

El periodista y fotógrafo cubano Yuris Nórido, quien trabaja para medios oficialistas cubanos, publicó en 2014 el informe “Cómo es ser homosexual en Cuba”, divulgado por el portal en español de la BBC. “Los tiempos en los que se recluía a homosexuales y religiosos en las UMAP, con la intención más o menos explícita de ‘reeducarlos’, son, hace mucho tiempo, historia. La política cultural, que en determinado momento discriminó y castigó a los homosexuales [el Congreso de Educación y Cultura de 1971 consideró que la homosexualidad era un rezago de la sociedad capitalista], reconoce y promueve ahora la obra de creadores independientemente de sus preferencias sexuales”, describió Nórido, al tiempo que señaló que los homosexuales fueron ganando, progresivamente, espacios en los ámbitos públicos de las principales ciudades de Cuba. En este sentido, Coitiño recordó que en el país caribeño, a partir de la década de 1980, se comienza a declarar oficialmente que es “inaceptable” discriminar a un ciudadano cubano por razones de orientación sexual e identidad de género. A su vez, destacó que la VI Conferencia Regional de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe tuvo lugar en La Habana en 2014.

El Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) es la institución oficial cubana -dirigida por Mariela Castro, hija de Raúl- que se encarga, entre otras cosas, de promover entre la ciudadanía prácticas antidiscriminatorias en torno a la sexualidad y a la identidad de género. En setiembre de 2013 se firmó el Convenio de Cooperación Interinstitucional entre el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Cenesex.