Según varios medios de comunicación, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, designará como secretario de Estado a Rex W Tillerson, el principal ejecutivo de la petrolera ExxonMobil. La noticia generó varias críticas desde el sistema político de ese país. “Es un día triste para América. Cuesta creer que un millonario que proviene de la industria petrolera ocupe la cancillería de nuestro país, en lugar de la presidencia, como debería ser, y como fue con George W Bush”, aseguró un dirigente del Partido Republicano. Pero la principal resistencia que genera Tillerson es su cercanía con el presidente ruso Vladimir Putin, en momentos en que desde la CIA aseguran que el Kremlin intervino a favor de Donald Trump para que ganara las elecciones. Un agente de inteligencia rusa admitió que esto fue así, y explicó: “Desde hace décadas Rusia está haciendo planes para destruir a Estados Unidos, y hasta ahora se consideraba que el mejor método era mediante un ataque nuclear. Pero es difícil obtener la victoria en un enfrentamiento de estas características, además de costoso. Favorecer una victoria de Trump era más barato que tirar una bomba atómica”. Fuentes del gobierno de China aseguraron que esta maniobra del Kremlin despertó la “ira” de los principales dirigentes del Partido Comunista de China. “Nuestro país se venía preparando desde hace muchos años para darle el golpe de gracia a la hegemonía de Estados Unidos como la principal potencia mundial. Pero ahora resulta que Rusia nos robó ese privilegio. Putin nos dio un golpe cuyos efectos van a durar décadas”, aseguró un dirigente del partido de gobierno. El agente ruso consultado reconoció que hubo “cierto deseo de adelantarse a China”, pero también recordó que su país “se enfrentó durante mucho tiempo a Estados Unidos y tuvo que soportar la humillación de que nuestro enemigo viera cómo nos derrumbábamos. Creo que tenemos derecho a ser los primeros en vengarnos”.