El encuentro entre el presidente Tabaré Vázquez y su par argentino Mauricio Macri, el 7 de enero en Anchorena, dejó varios anuncios, algunos concretos, que se sellaron con firmas y acuerdos escritos, y otros que se dijeron “a la pasada”. Uno de ellos fue el anuncio de un acuerdo en relación a la construcción de la regasificadora en Uruguay; según los mandatarios, el compromiso quedó hecho: Argentina compraría el gas. No obstante, a un mes del encuentro, el dirigente del Sindicato de Gas, Alejandro Acosta, dijo a la diaria que “no ha habido movimientos”.

En las sucesivas reuniones que representantes del sindicato han tenido con autoridades del Poder Ejecutivo, se les planteó que “hasta que no vengan las autoridades de la japonesa MOL (Mitsui OSK Lines) a mantener una reunión con el Ejecutivo, no habrá mucho para definir”. La próxima visita resulta “clave” para el proyecto, ya que aportará los insumos finales para la decisión que el gobierno debe tomar respecto de si se queda o no con el barco regasificador que la naviera está construyendo para la planta en Puntas de Sayago.

Tras la visita de una delegación oficial encabezada por Vázquez a Japón a principios de noviembre, el mandatario acordó con la empresa que las condiciones actuales no son las mismas que cuando comenzó a ponerse en práctica esta idea, dejando entrever que también podría haber cambiado la posición del gobierno respecto de la adquisición del barco. Un mes después de la visita del presidente, la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, volvió al país nipón a “explicar mejor las condiciones actuales” y “buscar un proceso de convergencia”, definiendo concretamente que el gobierno tendría hasta fines de marzo para tomar una decisión. Por tanto, las autoridades de la naviera vendrán antes de que finalice el mes, pero aún no hay información oficial sobre la fecha exacta.

Si el gobierno decide quedarse con el barco, se estima que en julio de 2017 ya se estaría en condiciones de regasificar. Si, en cambio, rechazan el barco, el proceso de construcción debería empezar desde cero, con una extensión por ahora indeterminada. Acosta sostuvo que “el proceso anterior llevó tres años y, por tanto, debería esperarse un plazo similar”, pero que desde el gobierno han dicho que “en teoría, ahora hay mucha más experiencia” por lo que una eventual nueva construcción llevaría “sólo dos años”.

“Creo que en un año, un año y poco, estaremos enviando gas a Argentina, como hemos acordado con el señor presidente de ese país. Esto implica para Uruguay que la obra de la regasificadora se va a cumplir y la vamos a terminar en un tiempo prudencial”. Ésas fueron las palabras que pronunció Vázquez al término del encuentro que mantuvo con Macri, dando una pista de que se inclina por escoger quedarse con el barco en construcción.

El barco regasificador que está en Japón es el más grande del mundo dedicado a este tipo de producción. Cuenta con una capacidad máxima de 10 millones de metros cúbicos -principal excusa del gobierno para desechar esta opción-, pero Acosta advirtió que “no se tiene por qué regasificar todos”, sino que cuenta “con la posibilidad de almacenamiento”. “Se puede ir regasificando según se necesite”, agregó. Aun así, estimó que Argentina podría llegar a ser un buen comprador, ya que “en invierno cuenta con un déficit de 40,5 millones de metros cúbicos por día”, por lo que “por negocios, no debería haber ningún problema”. “Nuestra evaluación es que es imprescindible quedarse con el barco”, afirmó.