El Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y no Comercial de la Niñez y la Adolescencia (Conapes) elaboró un plan de acción a ser desarrollado durante el quinquenio por los diferentes organismos estatales y la sociedad civil con el objetivo de materializar “la suma de buenas intenciones en acciones concretas y articuladas” para erradicar la explotación sexual, dijo a la diaria el director del Conapes, Luis Purtscher. El plan fue acordado por todas las instituciones y organizaciones involucradas. Se prevé que en marzo sea decreto de todos los ministerios. Los ejes del plan refieren a la capacitación, al establecimiento de compromisos claros y a sensibilizar a la opinión pública. “[Hay que] entender que el problema no es algo que le sucede a un adolescente, sino que es una construcción social, que es un delito, una violación de los derechos humanos y que los perpetradores juegan un papel muy importante”, explicó.

Purtscher señaló que en general es en los departamentos fronterizos donde se dan situaciones “de mayor fragilidad”. En ese sentido, anunció que, por “el alto número de casos” que se han constatado, se abrirán los primeros dispositivos de apoyo territorial para atender las diversas formas de violencia y prevenir y tratar los casos de explotación sexual en Paysandú y Rivera. Aseguró que, aunque en Paysandú ya se implementó un mecanismo similar, se potenciarán los servicios y se fortalecerá la red existente entre distintas instituciones y organizaciones que trabajan en este tema con un equipo itinerante. Con respecto a Rivera, señaló que el centro que se abrirá será diurno y funcionará de lunes a domingo por unas 16 horas. Después se instalarán centros en el resto del país, empezando por Maldonado.

Purtscher señaló que el número de denuncias aumenta cada año y que el mayor número de procesamientos “es malo en el sentido de que ratifica que el delito se sigue cometiendo, pero también es bueno porque desaparece de la mirada de los operadores la culpabilización de los niños”. Agregó: “Estamos viendo más y mejor, que es parte de construir un quehacer colectivo que permita a los operadores darse cuenta de cuándo están frente a una situación de explotación. Generalmente no es lo primero que aparece; primero se ven las vulnerabilidades y después, como un secreto, la explotación”.