El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA) presenta hoy ante la Justicia una denuncia penal contra los funcionarios del Centro de Internación Transitoria Rifleros por la fuga de un joven el 2 de enero. El muchacho estaba preso por delitos graves, pero ese sábado “eludió” la custodia de cuatro funcionarios y del servicio policial de 222 que está en la entrada, limó los barrotes de la ventana de su celda, y escapó. En ese momento había sólo dos jóvenes en el centro que es anexo del Desafío, en Chimborazo y Rifleros, donde se interna a jóvenes mayores de 18 años que aún deben redimir pena “con el perfil de todos los que últimamente están ingresando al sistema: complejo por la gravedad de los delitos cometidos”, aseguró una fuente del INISA, ex Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), a la diaria.

Las autoridades iniciaron una investigación de urgencia; las primeras conclusiones “dieron mérito” para iniciar un sumario. La “gravedad de los hechos” implicó que las jerarquías presentes en el momento de la fuga fueran separadas de su cargo. A pesar de que el sumario sigue su curso, las pruebas de omisión de custodia son tan “contundentes” y “graves” que el INISA decidió hacer una denuncia penal. “Había que tomar precauciones especiales para asegurar la custodia [del joven] por el perfil delictivo, pero no se cumplió. El Centro Rifleros es muy chiquito [hay tres celdas] y tiene visibilidad de todos lados. La Justicia determinará las responsabilidades”, indicaron las fuentes.

El segundo

El sábado se fugó de ese mismo centro otro joven, también con un perfil “complejo” por la gravedad de los delitos cometidos. Este muchacho también limó barrotes, esta vez los del techo del patio, y escapó. Había seis jóvenes más, uno de ellos con una licencia de salida, por lo que en ese momento no estaba en el centro. Desde el INISA consideran que “otra vez” se dio una omisión de custodia; la investigación de urgencia está en curso. “Si no eres el Hombre Araña, necesitas ayuda para subir, limar e irte. Hay que tener un tiempo bastante considerable para limar barrotes. El espacio es pequeño, te mueves dos pasos y se visualiza cualquier área desde cualquier lado”, aseguraron.

Desde el domingo, los seis jóvenes fueron trasladados al centro Colibrí, ubicado en Belloni y Aparicio Saravia, que cuenta con 81 plazas, porque las autoridades decidieron cerrar el centro Rifleros por falta de personal mientras se investiga, explicaron a la diaria desde el INISA.

Por otro lado, desde el Sindicato Único de Trabajadores del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (SUINAU), Víctor Mango (procesado por torturas contra jóvenes internos) aseguró que cuando las autoridades “toman una decisión de este tipo no significa que los funcionarios sean culpables, sino que se está investigando”. Respecto a ambas fugas, Mango señaló que “hay problemas en la parte edilicia y muy pocos trabajadores para atender a los chiquilines, que son bastante complicados”. Aseguró que durante la segunda fuga sólo había dos funcionarios.

Un pedazo de la torta

Mango aseguró que el SUINAU está discutiendo una propuesta para el INISA para “tener participación” en la designación de los funcionarios que pasarán del Sirpa a trabajar al INISA. La ley que creó al INISA establece que el nuevo servicio descentralizado, que se comunicará con el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Desarrollo Social, “tendrá el personal que establezca el Poder Ejecutivo” y que, dentro de los 150 días de entrada en vigencia de la norma, éste definirá “el personal que pertenecerá al instituto que se crea, proveniente de su separación” con el INAU. “Las designaciones de personal [...] se realizarán en estricta atención al perfil adecuado a los objetivos y cometidos de la presente ley, y acorde al cargo y tarea a desempeñar en el instituto”, agrega la ley. A su vez, establece que “los aspirantes a ocupar cargos [...] deberán acreditar las competencias específicas en cuanto a formación profesional y experiencia en el desempeño del cargo”, al tiempo que señala que el “desempeño profesional y el equilibrio psicofísico del personal en atención directa de los adolescentes se evaluará anualmente como requisito ineludible”. Las nuevas definiciones implican que no todo el personal que hoy se desempeña en el Sirpa tenga garantizado su pasaje al INISA. Mango aseguró que el SUINAU pretende que “se converse” con ellos antes de decidir “quién va y quién no”.

Por otro lado, Mango recordó que este miércoles se reunieron con las autoridades del INISA y una de las cosas que dejaron planteada fue su “enorme preocupación” por algunos episodios que se están suscitando últimamente: “Líos entre jóvenes que terminan con funcionarios y muchachos lastimados”. Mango sostuvo que el estado edilicio y la falta de personal “no ayudan”. Desde el INISA aseguran que están “atravesando” una crisis, y confían en que una vez que termine la transición entre el Sirpa y el INISA “se calmarán las aguas”.