Hace dos meses aparecieron en las góndolas de los supermercados y almacenes dos nuevas marcas de leche larga vida: Blanca Nube y Calcar. Estas marcas llaman la atención no sólo porque amplían la variedad de un producto que históricamente había sido ofrecido por Conaprole y Parmalat -cuya planta cerró en agosto del año pasado-, sino también por sus precios, 25% inferiores al promedio que hasta entonces regía. Según dijo el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, a la diaria, se trata de “una de las maniobras que están haciendo las empresas para sortear la crisis”.

La aparición de “nuevas” marcas de productos lácteos, o de nuevos productos ofrecidos por marcas que ya existían, llama la atención desde hace algunos meses. El presidente del Inale expresó que “se debe a que las empresas exportadoras, al no poder colocar sus productos en el exterior, están volcando todo lo que pueden al mercado local”. Se trata de “productos que antes no estaban dirigidos a los uruguayos”.

Este mecanismo alternativo está despertando una “fuerte competencia” entre las empresas que dedicaban su producción exclusivamente al mercado local y las que la volcaban mayoritariamente al resto del mundo. “Hay 40 empresas que no exportan, sólo producen para el mercado interno, y que ahora están con problemas porque las que tienen dificultades para exportar están tratando de volcar su leche al mercado interno”, explicó De Izaguirre.

Es por eso que las gremiales del sector solicitaron al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, la exoneración de los primeros 500 kilovatios (KW) en las próximas facturas de energía eléctrica. Según el presidente del Inale, el secretario de Estado dijo que “lo estudiará” y que “verá qué otras medidas puede proponer”. De Izaguirre sostuvo que la medida apunta al pequeño y mediano productor, para quienes “está siendo muy dura la situación”.

En cuanto a los bajos precios de los “nuevos productos”, el presidente del Inale consideró que “es la forma que tienen de competir”. Mientras que la leche larga vida Conaprole ronda los 40 pesos, los precios de las nuevas están en el entorno de los 30 pesos. “Es como sucede con el dulce de leche; Conaprole tiene uno de alta calidad que vale más, así que lo deja alto en el mercado, y después las demás empresas tienen que adaptarse a eso y ofrecer por debajo de ese precio para poder vender. Y después la misma Conaprole sale con otra marca más barata -Manjar- a competir con las demás empresas por ese rango”, explicó, y opinó que “esta dinámica hace que para algunas empresas la competencia sea inviable”.

Enfoque local

Si bien el freno en el comercio exterior fue generalizado el año pasado, los productos lácteos fueron uno de los más afectados, debido a las importantes caídas de los precios a nivel internacional y las menores compras de mercados importantes, como Venezuela.

Según información divulgada por el Instituto Promotor de Inversiones y Exportaciones Uruguay XXI, la cantidad de productos lácteos exportados bajó de 823 millones de dólares en 2014 a 631 millones en 2015, lo que representó una variación negativa del valor de las exportaciones de 23,3%.

En particular, las ventas al exterior de leche en polvo aumentaron más de 40% si se las mide en toneladas, pero la caída en similar proporción de su precio promedio en dólares determinó que el valor de las exportaciones bajara casi 10%.

El panorama para la venta de quesos fue peor; la caída de ventas en toneladas tuvo una variación negativa de 30%, que se sumó a una baja de precios de casi 20%, determinando un descenso en el valor de las ventas de queso de hasta 40%.

El aumento de colocaciones en Brasil, México y Argelia fue lo que “salvó” al sector en 2015, según el informe de Uruguay XXI.

El sector lácteo se encuentra en una situación cada vez más apretada al menos desde mediados de 2014, cuando los precios internacionales comenzaron a bajar. La caída del mercado venezolano a fines de ese año -principal destino de las exportaciones del sector- también golpeó fuertemente a los productores, y el cierre de dos plantas procesadoras de origen extranjero, Ecolat y Schreiber, en los primeros meses de 2015, completó un escenario de preocupación.

Una de las maneras que encontró el gobierno de ayudar a paliar la incertidumbre fue un acuerdo con Venezuela en el que, como contraparte al pago de una deuda de ANCAP a Petróleos de Venezuela (PDVSA), los productores lácteos locales colocarían 44.000 toneladas de leche en polvo y 12.000 de queso. Éstos comenzaron rápidamente a suplir al país caribeño, pero tras comprobar el estancamiento en los pagos, el acuerdo se paralizó. Al momento, los productores están en busca de cobrar 80 millones de dólares, poco más de 60% de lo adeudado. Consultado por esta deuda, el presidente del Inale expresó que “no hubo novedades”.