Si bien el 16 de diciembre representantes del gobierno anunciaron, durante una conferencia a empresarios del sector privado, que el déficit fiscal se elevaría a 3,6% en 2015, éste finalmente cerró en 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), manteniéndose en igual nivel que en el año anterior. Las empresas públicas, que venían de cuatro años en los que, más que aportar, restaron, arrojaron un superávit de 311 millones de dólares a las arcas del Estado.

Un informe del Ministerio de Economía y Finanzas divulgado ayer dio cuenta del resultado del sector público, que se mantuvo negativo en 3,5% del PIB. La proporción es idéntica a la alcanzada en 2014, cuando el déficit creció 1,1% y cerró con el mayor resultado desde 2002.

En dinero, el déficit de 2015 implica una pérdida de 1.845 millones de dólares, que se produce como contracción de los ingresos del gobierno central en un monto equivalente a 0,6% del PIB. El resultado negativo responde a una caída de la recaudación de la Dirección General Impositiva -principalmente del Impuesto al Valor Agregado- por 0,2% del PIB, del comercio exterior por 0,1% y de lo que se cataloga como “otros ingresos” equivalente a 0,3%, producto de que en 2014 se registraron ingresos por el aporte al Fondo de Estabilización Energética, a diferencia de lo que ocurrió en 2015.

Por otra parte, los ingresos del sector público no financiero se ubicaron en 28,5% del PIB, lo que implicó una reducción de 0,5% en relación con 2014.

Contribuciones

Cuando asumió el gobierno, hace unos 11 meses, lo hizo con la convicción de que disminuiría el desequilibrio de las cuentas públicas. Unos meses después, mientras preparaba el Presupuesto Quinquenal, fijó una meta más precisa: llegar a 2019 con un punto menos de déficit sobre el producto, esto es, con un déficit fiscal agregado de 2,5%, en el que los ajustes a las empresas públicas serían el componente principal del plan.

Después de cuatro años de registrar saldos negativos, el conjunto de empresas públicas arrojó en 2015 una contribución de 311 millones de dólares a las arcas del gobierno, contra la pérdida de 268,7 millones que dieron en 2014.

La principal responsable de la mejora fue ANCAP, que tuvo ingresos por 2.707 millones de dólares y costos por 2.435, lo que da un resultado positivo de 272, que contrasta con el negativo de 54 de 2014, principalmente por la cancelación anticipada de la deuda con PDVSA. Por su parte, UTE presentó un resultado positivo de 112,3 millones de dólares. Si bien Antel no presentó un superávit en 2015, su déficit de 68 millones de dólares fue casi cuatro veces menor al de 2014, de 277. También se redujo el déficit de OSE, de 21 millones de dólares en 2014 a 13 en 2015. Estos resultados determinan las contribuciones de las empresas al déficit público y no sus pérdidas o ganancias como entes, que se darán a conocer a medida que vayan publicando sus balances anuales.

La Administración Nacional de Puertos duplicó su superávit de un año a otro, pasando de 16,5 millones de dólares a 36 millones. La Asociación de Ferrocarriles del Estado y la Agencia Nacional de Vivienda, por el contrario, contribuyeron negativamente con nueve y 11 millones de dólares de déficit.

También cayó la recaudación del Banco de Previsión Social, 0,2% del PIB, debido, en mayor parte, a menores ingresos por desafiliación de AFAP, a una caída en el número de cotizantes y a mayores pagos con certificados de impuestos.