Este sábado será el aniversario de la presentación formal pública del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ). A un año de su conformación, el GTVJ presentará su plan de trabajo hasta 2018. Según el documento, al que tuvo acceso la diaria, aún “existe una enorme tarea y desafío por delante” para esclarecer los crímenes de lesa humanidad cometidos en los períodos de “la acción ilegítima del Estado” entre 1968 y 1973, y de terrorismo de estado entre 1973 y 1985. Se afirma que todas las líneas estratégicas “están marcadas por una fuerte coordinación e intercambio con víctimas, familiares, organizaciones sociales y otros ámbitos a nivel nacional e internacional”. En ese sentido, se asegura que el trabajo coordinado facilitará “la articulación y una fluida comunicación que permita sumar esfuerzos y optimizar los recursos humanos y materiales”. Además, hacen hincapié en que es necesario “pensar en clave regional”.
A partir del plan, el GTVJ reflexionará “sobre la eventual necesidad de ajustar la estructura de funcionamiento para el mejor desarrollo de sus cometidos”. Por ello, aclaran que en el presupuesto “sólo se registra un estimado de las necesidades en materia de recursos humanos”. El GTVJ “es consciente de la dimensión y la complejidad” de la tarea a la que se enfrenta, y de que para realizarla necesitan “el apoyo de las víctimas, de las organizaciones de derechos humanos, de las instituciones del Estado y del conjunto de la ciudadanía”. Teniendo en cuenta esto, se estipularon seis líneas estratégicas de trabajo. La primera es “promover el máximo y adecuado acceso a información completa y ordenada sobre los crímenes de lesa humanidad” ocurridos durante los períodos mencionados, para lo que se elaborará, entre otros, un inventario de los fondos documentales nacionales e internacionales, y se pensará un proyecto de digitalización en el que trabajarán técnicos de Presidencia, la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia, el GTVJ y el Plan Ceibal.
La segunda estrategia es “recabar testimonios e información, y sistematizar la existente para avanzar en la investigación, la justicia, el reconocimiento y la memoria”; “investigar los crímenes de lesa humanidad”, para lo que se acordarán criterios básicos para la investigación de las violaciones a los derechos humanos, se reflexionará “sobre la definición conceptual de las violaciones” y se promoverá e incentivará la acción de la Justicia.
Otra de las estrategias es “preparar y presentar un plan global de memoria y reconocimiento histórico, con la participación de los actores involucrados”, que incluye acciones simbólicas y económicas. También presentar un plan de reparación con los actores involucrados, que implica un “plan de memoria”, y realizar propuestas sobre “eventuales modificaciones” a las leyes reparatorias vigentes. La sexta estrategia es la “cooperación” con el Poder Judicial para el seguimiento de sentencias, casos y resoluciones.
Por último, se esbozan dos estrategias transversales, la de comunicación pública y organizacional y de redes sociales, y la de “relaciones institucionales y ámbitos de coordinación nacional e internacional”. Los puntos de partida para el trabajo son los “varios fondos documentales” que se priorizarán y sistematizarán para obtener nueva información y generar “un conjunto integral, ordenado, útil a la Justicia y que promueva y facilite el ejercicio del derecho de acceso a la información”.