Los operadores carcelarios agremiados en la Organización de Funcionarios Civiles Penitenciarios (Ofucipe) -sindicato con un año y tres meses de antigüedad, integrado a la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE)- se declararon en conflicto debido a las precarias condiciones de trabajo que existen en los diferentes centros de reclusión del país. El gremio negocia posibles soluciones con asesores del Ministerio del Interior (MI), aunque por el momento no ha recibido respuestas alentadoras. Denuncian que las unidades se llueven, no hay agua potable, comparten los baños con visitas y reclusos, no tienen un espacio propio para almorzar, no cuentan con alcohol en gel y ejecutan funciones que son competencia de la Policía, informaron a la diaria el presidente y el secretario de la Ofucipe, Juan Nolasco y Jonatan Perdomo, respectivamente.

Para dar a conocer esta situación, los representantes del gremio realizaron una conferencia de prensa este martes en la sede de COFE. “El problema fundamental es el vacío legal que tenemos con las funciones”, expresó Perdomo, y como ejemplo señaló que muchos operadores realizan requisas y otras tareas que son competencia de los funcionarios policiales. Al no haber un protocolo de actuación, sostuvo el gremialista, los jefes de las unidades muchas veces envían a los operadores a realizar tareas que no encajan en el paradigma por el que fueron creados en 2011 estos cargos “despolicializados”. Esto último trajo como consecuencia problemas psicológicos en los trabajadores y renuncias.

Hay cerca de 730 funcionarios que están en contacto directo con los reclusos. Muchos de ellos no tienen contacto con el afuera ni entre ellos. “Uno no se puede meter en una planchada con 50 privados de libertad sin comunicación hacia afuera. Hay intercomunicadores que no funcionan”, aseguró Perdomo, y aclaró que desde que existe el sindicato se han “impuesto un poco”, pero no lo suficiente para lograr la transición deseada. “Este cambio va a demorar mucho tiempo”, afirmó.

Para Nolasco es una necesidad reducir la carga psicológica que genera esta labor, que se percibe mucho más en la primera generación de operadores. “Hoy por hoy no está reconocido como un trabajo insalubre y se necesita dignificar un poco más lo que son las unidades”, dijo en diálogo con la diaria. El objetivo de los operadores es el de rehabilitar, no el de reprimir, decía Eduardo Bonomi, titular del MI, en la presentación del programa, cinco años atrás. Para que esto suceda, los representantes de la Ofucipe exigen mejoras y buscan alertar a las autoridades con un paro parcial previsto para este jueves de 8.00 a 18.00, en el que sólo se brindarán servicios esenciales (enfermería y alimentación).