A juzgar por el documento aprobado el sábado, la propuesta del ex presidente José Mujica de impulsar la candidatura del ex vicecanciller Roberto Conde parece haber quedado por el camino. El texto aprobado por la dirección nacional del MPP sostiene que el futuro presidente del FA “debe ser parte del recambio generacional”, que “los jóvenes deben sentir que éste es su partido y no el de sus padres o abuelos”, y que “debe dar la imagen, principalmente hacia los jóvenes, de que ésta es una organización política abierta, en la que ellos/as puedan llegar con sus propuestas”. Conde tiene 63 años y es cuatro años mayor que la última presidenta de la fuerza política, la socialista Mónica Xavier, que tiene 59 años.
El MPP no quiere impulsar una candidatura propia, sino que busca una que pueda ser de consenso en la fuerza política o que, por lo menos, genere un acuerdo en la mayor cantidad posible de sectores y bases. El nombre del presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Sánchez (MPP), ya había generado el apoyo expreso del sector Ir, a la vez que su proclamación era esperada por Compromiso Frenteamplista, que está decidido a apoyarla; sin embargo, el MPP no tomó ninguna decisión al respecto y, en cambio, optó por aprobar el citado documento, en el que expresa las condiciones que debe tener el futuro presidente del FA y las transformaciones necesarias para la fuerza política.
Entre las condiciones que debe tener el candidato, se afirma que es necesario “conocer al FA y a los frenteamplistas, su base militante”, recorrer el país “en forma permanente, sin estridencias ni grandes preparativos”, y afirmar y renovar “los lazos de la fuerza política con las organizaciones sociales, fundamentalmente las del campo popular”. En resumen: “Que esté poco tiempo en la calle Colonia [donde está ubicada la sede del FA] y mucho tiempo dialogando con los actores de la sociedad, con la gente, con la base frenteamplista, los actores barriales, los sindicatos, los estudiantes”.
El documento también aborda la situación actual del FA. “Existe el riesgo muchas veces constatado de que se confunda organización política con gestión de gobierno [...] Hay que evitar este camino, en el cual ya se pueden detectar síntomas en nuestro FA”, sostiene el texto, que además pide que la fuerza política “sea capaz de dialogar permanentemente con toda la sociedad, especialmente con los sectores organizados, pero también con aquellos sectores marginales”: los “sin voz”. Por último, se establece la necesidad de que la fuerza esté “un paso adelante del gobierno”.
Difícil de entender, difícil de explicar
En el resto del FA no hay muchas certezas, al punto de que la lista 5005, encabezada por el ex prosecretario de Presidencia Diego Cánepa, propuso que se postergue la elección para dar más tiempo a que la fuerza política se reorganice y tenga un mayor acercamiento con la gente.
Uno de los bloques que más expectativa generan es el Frente Liber Seregni. Sólo uno de sus tres sectores mayoritarios tomó una postura: Alianza Progresista impulsa la candidatura del actual secretario de Derechos Humanos de Presidencia, Javier Miranda. En el Nuevo Espacio todavía no hay una definición, aunque ayer el ex edil capitalino Dari Mendiondo dijo estar “listo” para ser candidato, tras haber sido propuesto por varios militantes de base, publicó ayer Montevideo Portal. En medio de esta dispersa realidad, el sector mayoritario, Asamblea Uruguay, todavía no ha definido si apoyará a Miranda, a su diputado Carlos Varela o a otra persona. Miranda es el único que parece haber generado cierto interés fuera del bloque. La mayoría “renovadora” del actual ejecutivo del Partido Socialista aprobó hacer “sondeos” por este jerarca, lo que no contó con el aval de quienes apoyan la postulación a la secretaría general de Daniel Olesker. Los socialistas dirimirán su interna en elecciones internas el 13 de marzo.
En realidad, en los sectores frenteamplistas ni siquiera hay acuerdo sobre si debe haber una candidatura de consenso o elecciones para definir la presidencia de la fuerza política, porque sectores como el Partido Comunista del Uruguay pujan para que haya una candidatura única. Ante un escenario de no muy alta aprobación del actual gobierno y con eventuales candidatos que tendrán importantes inhibiciones políticas en caso de ser electos, tampoco faltan los dirigentes que sostienen que se corre el riesgo de que exista una baja votación histórica en los comicios.