Hoy se abrirán los pliegos de la licitación que organizó el Poder Ejecutivo para la compra de un avión presidencial. Desde Presidencia de la República aseguraron que las propuestas presentadas serán analizadas “en forma cuidadosa” durante varios meses. “Tenemos que asegurarnos de que [Juan Carlos] López Mena no esté metido de alguna forma, mediante testaferros o algo por el estilo, porque ahí se arruina todo el negocio”, explicó el secretario de Presidencia, Miguel Ángel Toma. La idea del gobierno es que el avión no se utilice solamente para transportar al presidente, sino también para trasladar enfermos, entre otras cosas. “En realidad, es casi lo mismo. Teniendo en cuenta la edad que tienen los gobernantes, es un requisito indispensable”, aseguró Toma, y agregó que, de acuerdo con las estadísticas, “la probabilidad de que alguna de las principales figuras del gobierno se enferme durante el vuelo es de 1 en 3”. De todas maneras, desde la Fuerza Aérea aclararon que no se va a tratar de un “avión-hospital”, sino más bien de un “avión-asilo”. “Obviamente, va a tener toda la infraestructura necesaria para tratar los innumerables problemas de salud que se puedan presentar en una persona de avanzada edad. Pero también vamos a tener salones para jugar al bingo, ver televisión y un playroom para los bisnietos que vengan a visitar a los pasajeros”, aclaró un vocero de la fuerza.

Pero los encargados de la salud del presidente y otras figuras de la plana mayor del gobierno consideran que la costumbre de viajar en avión puede resultar “peligrosa”. “No sólo se trata de la posibilidad de que falle la salud de un pasajero. También existe un gran riesgo de que la aeronave se desplome. No nos olvidemos de que la va a operar la Fuerza Aérea. Lo más probable es que sea una especie de heladera vieja con alas, que a duras penas logre mantenerse en el aire debido a sus problemas de mantenimiento. Lo más prudente es que el presidente haga la transferencia de mando cada vez que hace un viaje, por más que sea a Florida”, explicaron.