Cuando se habla del Frente Amplio (FA), la referencia a lo sucedido con la Concertación de Chile es frecuente, y según el politólogo Fernando Rosenblatt, injusta. “Se dice que el FA está agotado, triste, enojado, y sin embargo no deja de ser increíble su capacidad de movilización en las elecciones”, señala. También discrepa con la idea de que el FA no está aggiornado a la nueva era digital. Sostiene, en cambio, que se “adapta a la perfección” a ella, y pone como ejemplo que todos los “me gusta” del Facebook del FA superan, en términos absolutos, los “me gusta” de todos los partidos de Chile sumados. También señala que en las últimas elecciones internas del FA, hubo más votos en términos absolutos que en las elecciones internas de la Concertación chilena, en un país con 18 millones de habitantes. “Está en el FA cuidar eso. Yo no niego que la organización tiene problemas, que los partidos en Uruguay tienen problemas, pero hay mucha ansiedad. Hay algunos a los que les encantaría que la política fuera un poquito más tecnocrática, pero ojo porque ahí podés perder otras cosas”, alerta. Dice que la analogía que se traza entre el FA y la Concertación de Chile, para marcar cierto “achanchamiento” del primero, “no tiene nada que ver” y es “un error fuerte”. “En Uruguay los ministros de Estado siguen yendo a reuniones con militantes de base. Y el FA marcó la cancha de entrada: no al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, no al TISA. Sin entrar a valorar si eso es positivo o negativo”, indica Rosenblatt.

Considera que el principal problema en Uruguay es la edad de los líderes políticos, y señala que es “complicado” para las generaciones menores de 45 años tener algo de lo que puedan decir “ésta fue nuestra épica”.