Ayer se cumplieron 31 años de la liberación de los últimos presos políticos de la dictadura. La aplicación de la Ley de Pacificación Nacional, votada en el Parlamento el 8 de marzo de 1985, condujo a la liberación de 255 personas que aún permanecían presas por motivos políticos: 228 hombres en el penal de Libertad y 27 mujeres en la Jefatura de Policía de Montevideo, que habían sido trasladadas días antes desde el penal de Punta de Rieles. El 10 de marzo fueron liberados 173 hombres y 20 mujeres en medio de una movilización que rodeó los dos lugares de reclusión para recibir a los “cabecitas rapadas”, tal como se conocía a los recién liberados, que eran rapados a cero en el penal de Libertad. Uno de ellos era el ex presidente José Mujica. El 12 liberaron a otros 15 presos y cuatro días más tarde salieron los últimos 47 presos, al borde de cumplirse el plazo límite que disponía la ley para su liberación.

Según Amnistía Internacional, más de 7.000 uruguayos fueron encarcelados por la dictadura por razones políticas, lo que convirtió a Uruguay en el país del mundo con la mayor cantidad de presos políticos en relación con su población. “Sin excluir las ejecuciones, los asesinatos y la desaparición de ciudadanos, la detención masiva de ciudadanos, asociada a la tortura y a la reclusión prolongada, fue la metodología deliberadamente seleccionada por las Fuerzas Armadas para destruir a los opositores y mantenerse en el gobierno”, expresó en un comunicado la asociación de ex presos políticos Crysol. La asociación recordó ayer el Día del Ex Preso Político con una ceremonia en el Memorial a los Detenidos Desaparecidos, en el Parque Vaz Ferreira del Cerro, para reivindicar “el rol desempeñado por la resistencia y la prisión política en el proceso histórico que condujo a la reconquista democrática y la plena vigencia de las libertades populares” y reafirmar “el compromiso de nunca más terrorismo de Estado”.