En su última comparecencia ante la comisión de Asuntos Internacionales del Senado, el canciller Rodolfo Nin Novoa insistió en que el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP, por su sigla en inglés) “va a cambiar las pautas del comercio internacional” porque representa casi 40% del producto bruto mundial, 25% de las exportaciones y 27% de las importaciones. Según consta en la versión taquigráfica del 17 de marzo, Nin informó que Uruguay les vende a todos los países del TTP en su conjunto 1.400 millones de dólares en alimentos y les compra 2.400 millones en productos industrializados, “tales como equipos electrónicos, automóviles, etcétera”. “Por supuesto, tienen mejor competitividad que nosotros. Esto no es un tema de resignación, sino de realidad”, apuntó Nin.

El canciller opinó que Uruguay tiene que apostar a integrarse en cadenas globales de valor y que esto significa tener acuerdos preferenciales. Explicó que la cancillería uruguaya estima que con el nuevo acuerdo los países del TTP van a dejar de comprar bienes en otros países externos al tratado y, en cambio, se los comprarán entre sí, por un valor de 3.500 millones de dólares. “Y eso habla mucho de los bienes que nosotros vendemos”, alertó. “En definitiva, nosotros estamos mirando al TPP como una suerte de amenaza en materia de competencia comercial en lo que respecta a la exportación de nuestros principales productos, y en cuanto a esto tenemos algo para hacer. Llamo la atención sobre el hecho de que en estos momentos Uruguay mantiene negociaciones fitosanitarias con Japón para ingresar con carne a ese mercado y, en caso de que nos dieran el acceso, tendríamos que pagar un arancel de 39%. En cambio, con el TPP el arancel es de 9%. El 90% de los bienes transables que tienen los países del TTP se desgravan inmediatamente a cero”, apuntó el canciller. Señaló que los principales socios comerciales de Uruguay, Brasil y China, no están en el acuerdo, pero es probable que China se sume.

Respecto de los perjuicios para Uruguay en caso de que quiera ingresar al acuerdo y sea aceptado, hizo notar que “en cualquier negociación uno pide, pero también le piden”. “Debemos sacarnos ese temor que solemos tener, de que si hacemos un tratado de libre comercio nos van a pedir determinadas cosas y de que vienen por las telecomunicaciones y por otras cosas. Es cierto que vienen por eso, pero nosotros vamos por otras cosas. Al fin y al cabo, me parece que el balance es lo más importante”, concluyó.