Hace una semana, 19 trabajadores fueron despedidos, sin notificación previa, por la empresa Nolir SA, del Grupo Caputto de Salto. Según el vocero del Sindicato de Peones de Estancias, César Rodríguez, se trata de un caso de persecución sindical, algo que también sospecharon varios diputados de la comisión de Legislación de Trabajo. Tres representantes del sindicato de Nolir -uno de los gremios más antiguos de la industria salteña, y “de mucha incidencia”, según el propio Rodríguez- concurrieron ayer al mediodía a la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados para presentar su situación. Según el vocero, el hecho de que los 19 despedidos integren la directiva “confirma la persecución”, ya que el sector de jugos concentrados, en el que estos trabajaban, sigue desarrollándose con total normalidad. “No es un caso de crisis económica de la empresa”, estimó.

Además, “no les dieron motivo alguno” que justificara su desvinculación. “No tienen ninguna observación ni han tenido ningún inconveniente disciplinario”, aseguró el vocero de los peones. A los seis trabajadores restantes en planta les rebajaron el salario y siguieron desarrollando las mismas actividades.

Los trabajadores denuncian también problemas relacionados con las condiciones de trabajo. Según Rodríguez, “no hay agua potable disponible” y la salud de los trabajadores se ve perjudicada por las deficientes condiciones de higiene del lugar, así como por la inseguridad laboral a la que están expuestos.

Carlos Coitiño, diputado oficialista integrante del Partido por la Victoria del Pueblo, dijo que la situación es “muy grave” y observó, respecto de la denuncia de persecución sindical, que “sin duda alguna” es válida.

La comisión de representantes votó, en forma unánime, respaldar a los trabajadores despedidos y hacer público dicho respaldo. Además, una delegación de la comisión irá el jueves o el viernes a Salto para tomar contacto con la empresa y visitar las instalaciones en las que se trabaja, a efectos de corroborar las denuncias de los trabajadores.