Los usuarios del centro de rehabilitación para personas ciegas y con baja visión Tiburcio Cachón están ocupando el local desde hace algunos días, en rechazo a la decisión tomada por el Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis) de trasladar el centro. Según ha informado el Pronadis, que pertenece al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el centro Cachón será trasladado al Instituto Nacional de Ciegos General Artigas, ubicado en Camino Maldonado y Libia. Para fundamentar la decisión se señala que el cambio mejorará la rehabilitación de las personas ciegas y, a la vez, el ahorro permitirá la apertura de más centros de este tipo en el interior del país (ver “Trayectos conocidos”).

La medida fue tomada sin consultar a los usuarios del centro, que, junto a ex usuarios, plantearon su rechazo desde el momento en que supieron de la situación. Entre sus argumentos para no moverse está la actual ubicación del centro, que queda en Brazo Oriental, cerca de General Flores, Bulevar Batlle y Ordóñez, San Martín y Luis Alberto de Herrera, todas vías que lo vuelven muy accesible.

Según explicó a la diaria Andrea Novo, vocera de un grupo de ex usuarios, la falta de diálogo con el Mides, sumada al “inminente traslado”, llevó a los actuales usuarios a ocupar el local y a uno de ellos a iniciar una huelga de hambre. Novo dijo que “si no fuera por la ocupación” el traslado se hubiera realizado el fin de semana, ya que eso se les había comunicado extraoficialmente a algunos trabajadores del Cachón, y ya había comenzado el traslado de algunos equipos.

El grupo de ex usuarios emitió un comunicado en el que plantea que “una persona que acaba de perder la vista [...] está viviendo un duelo” y “siente mucho miedo de salir a la calle”, por lo que al tener que trasladarse a un centro para “asumir su discapacidad”, “no puede verse enfrentada a estos innumerables obstáculos”. En suma, se quejan de que, en la mayoría de los casos, para acceder a la nueva locación las personas deberán tomar dos ómnibus, y explican que aunque puedan ser acompañadas al comienzo por algún familiar, “el objetivo de la rehabilitación es que la persona con discapacidad visual aprenda a ser independiente y a desplazarse sola”.

En el comunicado agregan que como parte de la rehabilitación es necesario que el usuario salga a la calle, en un principio junto a su profesor de orientación y movilidad, pero más adelante solo, para “dar sus primeros pasos” y realizar “sus primeros cruces de calle sin ver”. Si se mantiene la decisión del Mides, la persona deberá moverse en una zona abierta y sin veredas “en la que ya ha habido muchos accidentes”, dicen. Además, aseguran que se trata de una zona “de pocos transeúntes, donde la persona ciega no podrá pedir ayuda”.

la diaria intentó hablar con la directora del Pronadis, Begoña Grau, quien declinó hacer declaraciones. Fuentes del Mides dijeron que se trabaja en pro de una instancia de negociación y diálogo con los usuarios del centro de rehabilitación.