“Vamos a comenzar a trabajar para una nueva edición. Lo dije y lo voy a cumplir”, afirmó el intendente frenteamplista de Paysandú, Guillermo Caraballo, en referencia a la Semana de la Cerveza, cuya 51ª edición arrojó un déficit primario de 270.000 dólares, según informó el propio jerarca. Según El Telégrafo, un equipo externo de contadores contratado por la intendencia está realizando el balance definitivo de la fiesta. “Sé que hay una discusión instalada de si en realidad es déficit o inversión; creo que es inversión, porque mueve al departamento y lo posiciona. Y déficit porque efectivamente habrá que pagarlo desde la intendencia”, pero, remarcó, no hay que perder de vista que “ayuda al posicionamiento del departamento. El sanducero se siente orgulloso por la Semana. La gente me para en la calle y me felicita por la fiesta, porque fue y disfrutó; lo pasó bien”, dijo Caraballo.

El costo total de la fiesta fue de 1.100.000 dólares, pero se recaudaron 830.000 dólares. Sin embargo, Caraballo insistió en que se cumplieron los objetivos de “la transparencia”, de “recuperar la fiesta, que estaba en caída libre” y de “democratizar el acceso”. “No hubo ningún problema con la transparencia de la gestión [...] se utilizó un sistema para la venta de entradas que garantizó tener una serie de informaciones que no se tenía antes. Así se pudo comprobar la cantidad de entradas vendidas en el predio y en el anfiteatro. Todas esas informaciones serán de acceso público, porque el objeto de la transparencia es ese, no hay nada que esconder ni cola de paja”, explicó. Para Caraballo, la fiesta fue deficitaria porque “se tomaron decisiones que traían aparejadas consecuencias económicas”, y se atribuyó la responsabilidad política.