Es cierto que la Corporación Ómnibus Micro Este Sociedad Anónima (COME) no es la única empresa de transporte que carece de personal femenino en el volante: no hay mujeres en COPSA, ni en Casanova, ni en Solfy (adquirida por COME en 2013), ni en la mayoría de los servicios interdepartamentales e internacionales. En CUTCSA hay mujeres conductoras y guardas, pero no hay inspectoras. Los directivos de COME dicen que en la empresa no trabajan mujeres “porque no quieren”. En declaraciones a El País el ex presidente y ahora asesor de la corporación, Walter Pisciottano, dijo que tienen “un mecanismo de admisión igual para todas las personas”. “Las que han venido, han desistido. El trabajo de guarda-conductor es muy complejo […] Somos muy exigentes, pero eso es un factor de éxito: en la medida que se selecciona, se corre menos riesgo de equivocarse en el trabajo”, agregó, informando que se habían presentado hasta el momento sólo dos mujeres. Sin embargo, según pudo saber la diaria, no hace mucho se colocaron carteles dentro de la empresa porque se necesitaban conductores-cobradores, y se especificaba en las condiciones que tenían que ser hombres. Contra este tipo de discriminación encubierta es que ayer la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) inició una investigación de oficio, que se disparó a raíz de las notas de prensa sobre el cierre de la empresa Raincoop y la eventual absorción de sus líneas y trabajadores por parte de COME y otras empresas. Raincoop emplea a unas 75 mujeres que se desempeñan como conductoras, guardas y conductoras-cobradoras. “Mandamos hoy un oficio a la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social (IGTSS) para ver si ellos han iniciado alguna acción y tener información sobre el tema. Estamos iniciando un oficio en base a las versiones periodísticas. A la IGTSS le preguntamos específicamente por COME, porque está en el tapete por lo de Raincoop, pero en realidad en los interdepartamentales nunca vi una mujer manejando. Empezamos por estos trascendidos de prensa, pero esto de alguna manera destapa algo que es más amplio. Hay mujeres manejando en algunas empresas en Montevideo, pero si una mira más amplio, no hay choferas en casi ninguna empresa de transporte”, dijo a la diaria Mariana González Guyer, del Consejo Directivo de la INDDHH.

Por su parte, el Sindicato de Obreros de COME (Sodec) negó que haya un estatuto que impida el ingreso de asalariadas y manifestó su preocupación por la eventual pérdida de puestos de trabajo por la absorción de socios de Raincoop. El presidente de Sodec, Claudio Vera, dijo ayer a Subrayado que se está usando un “tema tan delicado como la discriminación de las mujeres para un tema que es mucho más profundo”, y agregó que si hay acciones de discriminación contra mujeres “asalariadas”, el sindicato “actuará en consecuencia”. Sin embargo, las trabajadoras de Raincoop son socias cooperativistas que tienen partes de ómnibus, y en calidad de tales llegarían eventualmente a COME, no como asalariadas, por lo que no serían defendidas por el Sodec. Un jerarca del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social consultado recordó que Uruguay ratificó el Convenio 111 de la Organización Internacional del Trabajo, que en su artículo 1 considera discriminación “cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación”.