Decenas de medios de distintas partes del mundo difundieron ayer los primeros datos sobre The Panamá Papers, una investigación periodística que indagó en 11,5 millones de documentos filtrados en forma anónima al diario alemán Suddeutsche Zeitung. Los documentos son de la empresa Mossack Fonseca, con sede en Panamá y con oficinas en 27 países (uno de ellos es Uruguay), que brinda servicios contables, fiduciarios y legales en áreas como propiedad intelectual, leyes de telecomunicaciones, registros de yates y prevención de fraude y lavado de dinero. La investigación involucra a 140 políticos de 50 países en la creación y compra de estas empresas (ver página 7).

Las sociedades offshore son empresas registradas en países en los que no operan, donde, por lo general, no tienen actividad. No son empresas ilegales, pero se suelen crear para ocultar patrimonio ante las autoridades o para ocultar dinero proveniente de actividades ilícitas. En muchos casos, las empresas como Mussack Fonseca también ofrecen testaferros para que figuren como directores y accionistas de estas sociedades. La investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) señala que Uruguay es uno de los diez países con más intermediarios, es decir, bancos o estudios de abogados que se contactan con Mossack Fonseca para la creación de sociedades offshore para sus clientes. Hong Kong y Estados Unidos son los países donde más intermediarios operan (2.212); Uruguay es el décimo, con 298 intermediarios, y también figura entre los países con intermediarios más activos, en séptimo lugar.

En el rol de intermediario es que la investigación identifica al estudio Abreu, Abreu y Ferres, del ex ministro y senador Sergio Abreu (Partido Nacional), que habría iniciado los trámites con Mossack Fonseca para la compra de una sociedad offshore en Panamá del futbolista argentino Lionel Messi. Según las notas que publicaron el medio español El Confidencial y el argentino La Nación, el 13 de junio de 2013, un día después de que se conociera que Messi había evadido impuestos por 4,1 millones de euros, el futbolista y su padre, Jorge Messi, solicitaron a Abreu, Abreu y Ferres la adquisición de la sociedad panameña Mega Star Enterprises. La Nación sostiene que “inmediatamente después de ser aceptados por Mossack Fonseca, el estudio uruguayo pidió a Mossack Fonseca que pusiera nuevos directores en la sociedad, una nueva barrera para llegar a conocer a sus verdaderos beneficiarios”. El estudio del ex canciller también intervino, según La Nación, en la creación de la firma uruguaya Jenbril SA, titular exclusiva de los derechos de imagen de Messi.

Messi y su padre no quisieron hacer comentarios sobre la investigación, y Sergio Abreu Muxí, hijo del ex senador, dijo a los investigadores que “desconoce absolutamente” los hechos. En diálogo con la diaria, el ex ministro reiteró que “no tiene nada que ver” en el asunto. “Conocer, lo conozco al señor Messi padre”, afirmó Abreu, pero agregó que por secreto profesional no podía decir si es o no cliente de su estudio. Abreu tampoco quiso detallar si su estudio participó en la compra de Mega Star Enterprises, pero consultado sobre si estableció el vínculo entre los Messi y la sede de Mossack Fonseca en Uruguay, respondió: “Claro, contactamos con la empresa en Uruguay. Como se contacta con cualquier estudio”. Abreu insistió en que en su estudio “no tenemos nada que ver, y aunque hubiéramos tenido que ver en todo eso [en los trámites por la compra de la sociedad], lo que haga la sociedad en Panamá, en un tema en que se le imputan unos delitos en España, no tengo la menor idea ni me corresponde”. El ex ministro consideró que en general las empresas offshore “son sociedades que funcionan legalmente”, y comparó la función del intermediario con “vender un cuchillo: el que lo vende no sabe qué se va a hacer con este”.

Nada malo

Otro de los uruguayos involucrados en los documentos de Mossack Fonseca es Juan Pedro Damiani, el presidente de Peñarol. Según publicaron la investigación y la BBC, el estudio de abogados de Damiani, quien integra el Comité de Ética Independiente de la FIFA, trabajó, por intermedio de Mossack Fonseca, para al menos siete compañías offshore vinculadas a Eugenio Figueredo, el ex vicepresidente de la FIFA y dirigente de la Conmebol acusado de fraude y lavado de dinero. Los documentos también señalan que el estudio de Damiani fue intermediario de la empresa Cross Trading, relacionada con Hugo y Mariano Jinkis, dos de los empresarios acusados de fraude y lavado de dinero en el escándalo.

Damiani informó el 18 de marzo de los vínculos que tuvo con Figueredo, un día después de que el ICIJ se contactara con él por estos documentos. Desde entonces, según la BBC, la FIFA inició una investigación sobre el tema.

Ayer Damiani dijo en distintos medios que no hizo “nada malo” y recordó que él denunció en 2013 los ilícitos en la Conmebol. En declaraciones a El Observador dijo, en relación a su vínculo con Figueredo: “Cuando aparentemente surgieron los primeros ilícitos, lo echamos como cliente”. En 2015 Damiani declaró ante la Justicia de Crimen Organizado por este tema y, según publicó El País, reconoció que su estudio constituyó sociedades para Figueredo, pero apuntó que nunca manejó su dinero.