El sábado, la Asamblea Nacional Permanente y otras organizaciones ambientalistas se sumaron a la convocatoria mundial para marchar contra el agronegocio y en particular contra la transnacional Monsanto, productora de cultivos transgénicos. Un grupo de personas se concentraron en el Parque Rodó y marcharon para cuestionar los efectos nocivos que a su entender tienen las semillas transgénicas en el medioambiente, por estar asociadas al monocultivo y a los agrotóxicos, y para denunciar que afectan la calidad de la alimentación y, por ende, la salud de las personas. Los activistas reclamaron la prohibición de este tipo de cultivos.
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