En una asamblea realizada en el Centro de Protección de Choferes, la Gremial Única del Taxi decidió demandar a la Intendencia de Montevideo por los supuestos perjuicios que le causa el funcionamiento de Uber. “Desde que apareció esta empresa los taxistas empezamos a trabajar mucho más que antes, ya que los objetos de nuestros ataques se multiplicaron. Antes eran algunos conductores de autos y, eventualmente, algún pasajero. Hoy en día, un taxista sale a la calle y a lo mejor tiene que esperar diez horas para cruzarse con un chofer de Uber y molerlo a palos”, aseguró el presidente de la gremial, Óscar Dourado. Los taxistas reclaman una indemnización de 300 millones de dólares, cifra que surge de multiplicar 100.000 dólares por cada integrante de la gremial. El intendente de Montevideo, Daniel Martínez, reconoció que la perspectiva de afrontar un juicio como este “es preocupante”, pero también consideró que a lo mejor se está ante “la posibilidad de transformar una crisis en una oportunidad”. “Si le damos 100.000 dólares a cada taxista y a cambio de ese dinero se va para la casa y nunca más vuelve a pisar las calles, estaríamos haciendo un buen negocio”. Fuentes de la gremial reconocieron que la propuesta sería “interesante”, ya que “les da a los taxistas la posibilidad de juntar una buena cantidad de dinero y al mismo tiempo seguir en las calles, porque pueden pintar el taxi como un auto común y corriente y trabajar como choferes de Uber durante todo el tiempo libre que les quedaría”. Dourado aseguró que a nivel oficial esta propuesta no está siendo analizada, pero coincidió en que tiene “aspectos interesantes”. “Hay que tener en cuenta que en este caso, conducir un Uber no sería tan riesgoso, precisamente porque no habrían taxis en las calles. Además, sería una oportunidad para formalizar las jodas que hacemos los dueños de taxis con los aportes patronales y las horas extras. Hoy en día esto se hace en secreto, pero con Uber se puede hacer exactamente lo mismo en forma legal y transparente”.