El presidente Tabaré Vázquez encabezó ayer el acto por el 205º aniversario del Ejército, en el que participaron el subsecretario de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, autoridades del Poder Ejecutivo y legisladores. El comandante en jefe del Ejército, general Guido Manini Ríos, brindó un discurso en el que reivindicó a la fuerza que dirige, de la que “surgieron los fundadores” de los “principales partidos políticos”. El general manifestó que el Ejército “hoy asume sus responsabilidades y lo hace consciente de la importancia histórica que ha tenido en la construcción de este país”, y consciente también de su misión, que es “respaldar el sistema democrático republicano y el Estado de Derecho, y contribuir a asegurar la paz interior” del país.

Manini Ríos dijo que el ingreso de Uruguay al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas representa un reconocimiento a su política exterior, pero también “es claro que ese reconocimiento” debe “mucho” a las fuerzas de paz uruguayas “diseminadas a lo largo y ancho del planeta, en lugares inhóspitos, donde el flagelo de la guerra todo lo ha destruido”. “Hoy nos preparamos para asumir un posible nuevo despliegue en tierras africanas y para integrar el grupo de observadores que monitorearán el proceso de paz en Colombia”, anunció.

El comandante añadió que constituye “una misión secundaria” del Ejército la participación en el Sistema Nacional de Emergencias cuando ocurren desastres naturales, como la sequía del año pasado, las recientes inundaciones y el tornado de Dolores, y destacó otras tareas desempeñadas por la institución, como la custodia de cárceles, la colaboración con las autoridades sanitarias y el “permanente apoyo logístico al Ministerio de Desarrollo Social”, tareas que no apartan a la Fuerza de su “misión fundamental”, que es “defender la soberanía, independencia e integridad de la República y la salvaguarda de sus recursos estratégicos”. Para Manini Ríos, esto “no significa solamente enfrentar a un ejército de algún país vecino” que invada Uruguay “con medios infinitamente superiores”, sino también “asegurarles al Estado y a sus legítimas autoridades, una fuerza disciplinada, preparada y en condiciones de actuar, para hacer cumplir en todo el territorio” la Constitución, y que “disuada a cualquier grupo u organización que pretenda tomar por asalto a las instituciones democráticas”.

Después dijo que defender la soberanía “es vigilar” las fronteras “con radares modernos”, “prepararse” para “enfrentar la amenaza terrorista”, “mantener vivo el pedazo de patria que late en la Antártida”; “llevar con honor y dignidad la bandera nacional en el brazo de cada soldado desplegado en Haití, en el Sinaí, en el Congo”; “rescatar del olvido” las “más caras tradiciones”, como “imponer el respeto” por “los símbolos patrios o rescatar el pensamiento” de Artigas, “cada vez más vigente”.

Opinó también que “medir a un ejército por su costo puede resultar un grave error que a la larga signifique costos infinitamente mayores”, y hablándoles a “aquellos que sólo buscan resultados redituables para que les cierre la ecuación del gasto”, expresó que “el principal producto de la actividad de un ejército es la paz”, y eso es algo que “no tiene precio”.

Luego defendió la incorporación del Ejército en el Diálogo Social y reiteró que en una de las mesas propondrán “aportar” sus capacidades “para darles a aquellos jóvenes que hoy parecen haber perdido toda esperanza en la vida la oportunidad de superar su situación”. Destacó que han ofrecido a las autoridades sus conocimientos “en materia de infraestructura vial y de cuidado del agua potable” y que propusieron “la creación de un Liceo Politécnico Militar en el norte del país” para “mejorar la calidad de la educación”, replicando la experiencia del Liceo Militar General Artigas, “unánimemente reconocido como uno de los mejores liceos públicos del país”. Manini Ríos agregó que siente que “en estos momentos de dificultades” retacearle los recursos al Ejército, “reducir sus efectivos, negarle los medios mínimos que requiere para cumplir sus misiones parecería ir en contra del auténtico interés nacional y de las reales posibilidades de desarrollo del país”.