Un dron revoloteaba y filmaba los alrededores del complejo de 12.500 metros cuadrados donde, a partir de ayer, funciona el nuevo data center de Antel. La seguridad del edificio, ubicado en el Polo Tecnológico de Pando, sobre la ruta 8, no sólo se debía a la presencia del presidente Tabaré Vázquez, que recorrió las instalaciones pero no habló en la ceremonia: las comunicaciones de la empresa estatal afirman que el Data Center Internacional Ingeniero José Luis Massera cumple con la norma de seguridad y calidad Tier III, una de las más exigentes del mundo para ese tipo de emprendimientos.
La idea surgió en 2011, por iniciativa de Carolina Cosse, entonces presidenta de Antel, que vio que el primer data center público, ubicado en Pocitos, iba quedando corto para las necesidades del Estado y de las empresas. Ayer, convertida en ministra de Industria, Energía y Minería, explicó a la diaria que el proceso fue largo y exigente, entre la preparación, licitaciones, diseño a cargo de ingenieros uruguayos y la construcción del edificio, que empezó en 2014. La ministra afirma que en el mundo hay sólo 33 data centers con esas características.
Básicamente, se trata de 10.000 racks, o sea, “estanterías” llenas de servidores informáticos, con una capacidad que Cosse equipara a la de 40.000 computadoras. “Una cosa es hablar sobre el data center y otra cosa es verlo”, se sorprendió en voz alta la ministra. En ellos se alojan bases de datos, sitios web, contenidos audiovisuales, información que las empresas pueden manejar internamente o que puede estar abierta a los internautas. Para poner en perspectiva, la ex presidenta de Antel comparó números: la base de datos entera de Antel ocupa 120 racks, el Plan Ceibal cinco, y el data center de Pocitos entraría ocho veces en el de Pando.
El proyecto fue resultado de acuerdos entre actores estatales: el predio, de 50.000 metros cuadrados, fue adquirido por un acuerdo “muy ventajoso” con la Intendencia de Canelones, dijo Cosse, mientras que la energía, de 12 megawatts de potencia -equivalente en consumo energético a una ciudad de 14.000 habitantes, la mitad de Pando- corre por cuenta de la UTE, en forma gratuita, a cambio de espacio en los servidores, que estarán disponibles también para otras empresas y entes estatales. El sistema de energía es ecológico y la refrigeración imprescindible está a cargo de la empresa holandesa KyotoCooling, contó Andrés Tolosa, presidente de Antel. El costo total fue de 50 millones de dólares, e implicaría ahorros de 40% en inversión en tecnología de la información, 85% en mantenimiento y 20% en energía. La inversión se recuperaría en un plazo de entre cinco y ocho años, dijo Tolosa, pero agregó que el crecimiento exponencial de la demanda de servicios de internet podría acortar el tiempo. Pero hay espacio para rato, agregó: “Van a transcurrir unos años para que necesitemos construir uno nuevo”.
Subite a mi nube
“Con este lanzamiento, más el cable submarino que viene de Boca de Ratón, Miami, y pasa por Fortaleza, por Maldonado y se conecta con el data center, Uruguay deja de ser un cliente que contrata servicios informáticos y pasa a ser un proveedor para el país, para la región y para el mundo”, dijo Tolosa en la presentación, delante de una pantalla realmente gigante que mostraba imágenes de dentro y fuera del edificio. Tolosa dijo que el nuevo emprendimiento será “un centro neurálgico de aplicaciones” y “el gran disco duro de Uruguay”; Cosse, por su parte, dijo que es “el mejor lugar para guardar información” en el país.
Atraídas por la red de fibra óptica y la red móvil LTE del país, que están consideradas entre las mejores del mundo, las empresas utilizan cada vez menos sus propios servidores y contratan más data centers de almacenamiento, explicó el jerarca, por lo que habría un mercado cautivo para empezar a vender espacios. A la vez, dijo la ministra Cosse, hay una “explosión” de dispositivos móviles y un cambio cultural que apuntan a que los usuarios guarden cada vez menos archivos en sus casas y mucho más en la “nube”, o sea, en servidores remotos como Dropbox o Google Drive, a los que se puede acceder desde cualquier lugar y aparato.
“Ofrecemos productos de clase empresarial pero también para microempresas y estudiantes. Queremos que los estudiantes cuando tengan que hacer un desarrollo en internet no precisen comprarse un servidor, sino que puedan contratar un 'pedazo' de un servidor en este data center”. Los servicios, explicaron Cosse y Tolosa, van desde racks parciales que pueden rondar los diez dólares hasta ofertas de varios miles de dólares mensuales que pueden incluir un espacio de trabajo, respaldo total de los datos de la empresa, y “jaulas” de acceso restringido con cerraduras.
El complejo está dividido en cuatro áreas, y hay una en funcionamiento. “Para poder completar la capacidad va a haber que trabajar mucho y vender mucho”, dijo Tolosa, que adelantó que hay conversaciones con empresas internacionales. La plataforma de productos audiovisuales Netflix, por ejemplo, tiene en marcha acuerdos para instalarse en el data center, y también hay planes con Spotify (sitio web de distribución de música), el canal BBC Internacional y la NBA, que pretende difundir partidos de básquetbol y que, además, asesorará al Estado para redondear “esa gran usina de generación de contenidos que será Antel Arena”, en palabras de Tolosa. Cosse agregó que con la “alta confiabilidad” que tiene Uruguay, tanto por su estabilidad institucional como su calidad de internet, hay bases para “inventar sobre esto los productos del futuro”.
El ingeniero
“En 2015 se cumplieron 100 años del nacimiento de José Luis Massera, un símbolo de la ciencia y de la ingeniería nacional”, dijo Tolosa sobre el hombre al que el nuevo data center homenajea. Nacido en Génova pero uruguayo, fue ingeniero industrial y matemático; fundó el Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería y cobró fama internacional en el ámbito de las ciencias básicas cuando elaboró, en 1976, el Lema de Massera, que resolvió un problema que el ruso Aleksandr Liapunov había planteado 50 años antes. Cosse también lo recordó: “Cuando era estudiante escuché las declaraciones en las que le explicaba al Parlamento que las centrales digitales para la comunicación de Antel eran necesarias”.
Massera fue militante del Partido Comunista, fue capturado en 1975 y condenado a 20 años en el Penal de Libertad. Tras acumular doctorados honoris causa de universidades de Roma, Berlín, Río de Janeiro, falleció en 2002, con 87 años.