Al cumplirse 40 años del secuestro y la desaparición forzada de la maestra Elena Quinteros, la Cámara de Diputados le realizó un homenaje que tuvo como orador principal al frenteamplista Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo). El legislador hizo referencia a varias etapas de la vida de la joven, a su “vocación por la religión católica”, y a su participación en las “jornadas sociopedagógicas” que llevaron a los maestros a tomar contacto “con los sectores de uruguayos en el interior del país que vivían en las peores condiciones”. El diputado relató los hechos ocurridos el 28 de junio de 1976, cuando Quinteros, que había sido detenida días antes, convenció a sus captores de que tenía que hacer “un contacto con otra persona” en las cercanías de la embajada de Venezuela, en la que tenía planeado ingresar para pedir asilo político. La maestra, que era vigilada desde cerca, logró correr, entrar a una casa lindera, saltar a los jardines de la embajada y gritar pidiendo ayuda y asilo. “Ya estaba en territorio venezolano”, dijo Puig. Sin embargo, los represores que participaban en el operativo consiguieron derribarla antes de entrar a la casa y la arrastraron hacia afuera, forcejeando con funcionarios diplomáticos venezolanos. El secuestro de Quinteros desencadenaría la ruptura de relaciones diplomáticas de Venezuela con Uruguay. Puig se refirió luego a la enorme tarea de denuncia a nivel internacional realizada por la madre de Elena, María Almeida de Quinteros, conocida como la Tota, contra las dictaduras de la región. Recordó la aparición de un documento de la cancillería que manifiesta la existencia de un memorándum “en el cual se analizaba qué hacer” con Quinteros, y “la conveniencia de entregarla o no al gobierno venezolano”, que luego sirvió para probar la responsabilidad del entonces ministro Juan Carlos Blanco, primer procesado por crímenes de lesa humanidad en el país, en 2002. Además de Puig, hablaron Daniel Radío (Partido Independiente), Graciela Bianchi (Partido Nacional), Walter Verri (Partido Colorado) y Eduardo Rubio (Unidad Popular), entre otros. Bianchi, sensiblemente emocionada, hizo un encendido homenaje a Quinteros y a todas las víctimas del terrorismo de Estado, e invitó a todas “las generaciones, esas que se creen que se las saben todas, a acercarse a la historia de estos procesos”. Bianchi, que fue secretaria de Germán Araújo y Jaime Pérez, dijo que quería contar que Ruben Cacho Bronzini, uno de los secuestradores de Quinteros, “estuvo preso por 48 horas”. Según la diputada blanca, que se desempeñaba como abogada en los juzgados penales, Bronzini “le pegaba a su mujer y esta hizo una denuncia” por lo que fue detenido y “por lo menos lo pudimos tener 48 horas preso”. “Me acuerdo de haberme acercado con mucho placer para verle la cara mientras esperaba que el juez lo procesara”, agregó.