La gripe AH1N1 provocó diez muertes en las últimas semanas en Uruguay. Se trata del mismo virus que emergió en 2009, que tuvo una mayor circulación en 2013 y volvió a tenerla este año, explicó a la diaria Julio Medina, docente de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Medina, junto a los docentes Henry Albornoz, Graciela Pérez Sartori y Daniel Paciel -integrantes de la cátedra que dirige Medina-, dieron ayer una conferencia titulada “Gripe: situación actual y perspectiva futura”, organizada por el Colegio Médico del Uruguay.
Albornoz señaló que el virus provocó una mortalidad global baja, mayor en pacientes adultos y aquellos con comorbilidad. La peculiaridad de este año fue que el brote tuvo un inicio temprano (a fines de abril) y de mayor intensidad para ese momento del año.
Albornoz precisó que los hospitales llegaron a tener 9% de camas ocupadas por infecciones respiratorias agudas, y que la ocupación en cuidados intensivos llegó a ser de 15%; “en las últimas dos semanas eso se ha estabilizado y tiende a bajar”.
¿Qué se espera? Medina informó que “hay pacientes que están teniendo infecciones por virus distintos al H1N1; hemos visto infecciones por rinovirus, por adenovirus, por VRS, que es el virus sincitial respiratorio típico de los niños pero que también estamos viendo en adultos, sobre todo en adultos mayores o en pacientes inmunosuprimidos. Lo que a veces pasa es que, después de que se llega a una meseta de la gripe tipo A, puede bajar en el correr de las semanas y aparecer la gripe tipo B. No podemos ser adivinos, pero muchas veces pasa”. Tranquilizó al decir que la influenza A es siempre la de mayor severidad. Igualmente, expresó que la vacuna indicada por el Ministerio de Salud Pública protege contra el subtipo que más circula de la influenza B.
Los docentes insistieron en los beneficios de la vacuna. Hasta el 13 de junio, el personal de la salud era el colectivo que más había respondido a la recomendación de vacunarse: 63%, un valor que se acerca al de 2009, de 70%. Sigue siendo bajo todavía en niños menores de cinco años (18%), en adultos mayores (26%) y en embarazadas (30%).
Medina manifestó preocupación “porque están circulando videos de personas “antivacunas” que encuentran muchos argumentos sacados de la nada contra las vacunas y que generan resistencia en la población a vacunarse”.