Hace dos años, la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) destituyó al director en representación de los trabajadores, Alfredo Silva, por irregularidades en su gestión. Ayer asumieron Pablo Cabrera como nuevo representante de los trabajadores y Natalia Pereyra como representante de los usuarios. En el acto, Cabrera reconoció la mala experiencia sufrida con su antecesor y aseguró que “sirvió para aprender de los errores”. Dijo que trabajará “con puertas abiertas para demostrar el buen servicio que lleva adelante el sistema público” y que defenderá “los derechos de los 32.000 trabajadores” que integran el sistema de salud pública del país. Pereyra afirmó que “llega al cargo con gran responsabilidad” y que trabajará “para generar puertas únicas de ingreso de pacientes urgentes”, reforzar el primer nivel de atención y fortalecer la imagen del médico de cabecera, informó Radio Uruguay.

Por otro lado, la presidenta de ASSE, Susana Muñiz, también habló de los “insucesos ocurridos” y recordó las “voces que se alzaron contra la participación social, pretendiendo invalidar esta herramienta”. En ese sentido, defendió la participación de usuarios y trabajadores en el directorio en tanto es una “prerrogativa impulsada desde la propia Organización Mundial de la Salud, que marca un paradigma de atención a la salud que se inicia en Alma Ata [Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud] y que se sigue profundizando posteriormente”. Agregó que deberán trabajar juntos y “transitar un camino de negociación [y] respeto” para “controlar y vigilar” una organización “enorme, con enormes desafíos. Nos queda mucho, muchísimo por hacer; y por suerte la batalla será compartida”. El titular del Ministerio de Salud Pública, Jorge Basso, manifestó la voluntad del Poder Ejecutivo de “profundizar y hacer cada vez más claro el desafío de lograr que todos los habitantes de este país tengan una salud digna, como se merece el pueblo uruguayo. Ese es el enorme desafío: poder aprovechar esos 4.500 millones de dólares que los uruguayos aportamos al sector salud, ese 9,2% de Producto Interno Bruto, que no es poca plata, para lograr seguir creciendo como prestador público, como organización del sistema, logrando hacerlo más eficiente y más productivo”.