A algunas cuadras a la redonda se podía escuchar una versión reeditada en 2010 y en español de “We Are The World”, aquella canción escrita por Michael Jackson y Lionel Richie que se popularizó en los 80 como forma de donar recursos para matar una hambruna en Etiopía. Pero los militantes que se encontraban frente a la Torre Ejecutiva durante la fría tarde de ayer buscaban otra cosa: el retiro de las tropas uruguayas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah). Pero la opción musical no fue casual: la versión en castellano se grabó en 2010 para recaudar fondos para colaborar con la reconstrucción del país caribeño tras el terremoto. El día tampoco se eligió por azar. Ayer se cumplieron 12 años desde que la Minustah arribó a Haití, y varias organizaciones contrarias al despliegue militar en ese país aprovecharon la fecha para coordinar movilizaciones conjuntas en la región. En la plaza Independencia se podían ver banderas de sindicatos, de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, de la Federación de Estudiantes Universitarios Uruguayos (FEUU), de Unidad Popular (UP) y del Partido de los Trabajadores, junto a una exposición de afiches y fotografías acerca de los excesos militares en Haití. La concentración rondaba las 60 personas, entre ellas el diputado Eduardo Rubio y la activista de Plenaria Memoria y Justicia Irma Leites.

Las declaraciones que el martes realizó el subsecretario del Ministerio de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, dando a entender una posible prórroga en la actividad de las tropas uruguayas, provocaron en los manifestantes una indignación adicional. Si bien la autorización votada en el Parlamento habilita a las tropas uruguayas a permanecer en Haití hasta el 31 de diciembre de este año, ayer el jerarca pidió esperar el “nuevo mandato” del Consejo de Seguridad de la ONU, que analizará una posible prórroga de la misión el 15 de octubre. “Tenemos que compadecer la posición en el Consejo de Seguridad con las circunstancias efectivas en el terreno. Es posible que eso determine que de pronto, por pocos meses más, tengamos que estar allí, con un horizonte muy claro, diciendo fechas, para poder hacer que ese retiro sea ordenado, progresivo, como ha sido hasta ahora, y que sea habilitado por la ONU”, había dicho el subsecretario. Como era de esperarse, esta forma de razonar no fue compartida por la Coordinadora por el Retiro de las Tropas Uruguayas de Haití: “El argumento de permanecer hasta que el proceso termine, sabiendo que esta presencia no ha logrado estabilizar absolutamente nada, no puede ser considerado”, dijo Fernanda Aguirre, integrante de la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT.

La situación política en Haití parece cada vez más delicada. El lunes, la Comisión Independiente de Evaluación y Verificación Electoral (CIEVE) presentó un informe en el que recomienda la anulación de las elecciones presidenciales de 2015 y la realización de nuevos comicios. El presidente de este cuerpo, Pierre François Benoit, explicó que el padrón electoral no fue depurado después del último terremoto ocurrido en ese país, por lo que resulta “imposible determinar el número de votantes que ejercieron el sufragio” y si se produjeron “fraudes”.

En la coordinadora también hay molestia con el gobierno porque todavía no han recibido respuesta a una carta que le entregaron el 22 de febrero al presidente Tabaré Vázquez, exigiendo el cese de la colaboración uruguaya con la Minustah. Ayer se volvió a entregar la misma carta a Vázquez, pero con más adhesiones. Mientras se preparaban las oratorias, un discurso en el que no sólo se le exigía a Vázquez el retiro de las tropas, sino que se acusaba a estas de ser “aliadas del imperialismo en Haití” fue reproducido una y otra vez por un par de parlantes en la plaza.

Las oratorias de la noche fueron muy duras con el gobierno, y en particular con las Fuerzas Armadas. La más categórica fue la de Chiara Miranda, de la FEUU, que dijo que la participación de Uruguay en la Minustah “es la forma de financiar, sostener y agrandar el aparato militar del Estado uruguayo, que ya de por sí es una carga”. Según la dirigente estudiantil, esta participación demuestra que “el aparato militar no cumple, no puede cumplir ni pretende hacerlo con las funciones de defensa de nuestro territorio, pero sí lo hace con el orden capitalista en el mundo, como lo hizo en la dictadura”.