Gripe aviar, rabia, brucelosis, encefalopatía espongiforme bovina, leptospirosis, leishmaniasis e hidatidosis son algunas de las más de 100 enfermedades que pueden transmitir los animales a las personas. Se calcula que entre 60% y 70% de los patógenos que atacan al hombre se contagian por esa vía, llamada “zoonótica”. La leishmaniasis es un problema particular en Salto: el Ministerio de Salud Pública (MSP) decretó en enero una emergencia sanitaria que acaba de terminar, frente a un problema que afectó a 10% de los perros del departamento y que obligó a los salteños a sacrificar a sus animales por mano propia. Los datos oficiales hablan de un millón de perros sin vacunar en todo el territorio y de unas 21.000 personas que tienen contacto con carritos tirados por caballos. Para Gastón Cossia, veterinario y diputado suplente por el Partido Nacional, la tenencia y el manejo de animales no pueden estar al margen de las políticas públicas; son motivos suficientes para crear un hospital veterinario que ayude a centralizar la atención y a prevenir problemas de salud humana.

El proyecto de ley para crear el hospital entró el martes a la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Diputados. La idea es ofrecer atención gratuita, especialmente a los sectores con menos ingresos, todo el día y todo el año. Según Cossia, el servicio que brinda hoy la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República es insuficiente, ya que atiende de lunes a viernes de 8.30 a 15.30, y la oferta privada -unas 800 clínicas- funciona como “pequeñas unidades aisladas, sin una institución que marque el rumbo” y que opere en todo el país por medio de unidades descentralizadas. El legislador reclama, además, que se revise el 22% de IVA que grava los medicamentos para animales -sobre 10% para los de uso humano-, algo que en muchos casos terminaría evitando problemas de salud pública.

Si se crea, el hospital atenderá a caballos, gatos y perros, pero también a los “nuevos animales de compañía”, como erizos, hurones, roedores y especies exóticas, y además apunta a generar campañas en contra del maltrato y abandono animal, así como para el control de la población canina y felina, de las que en opinión del legislador hay superpoblación. También apunta a obtener tecnología que no existe en Uruguay, como un tomógrafo, un equipo de resonancia magnética y una unidad de cuidados intensivos, que se podrá alquilar a veterinarias privadas.

El plan de financiación habla de recursos del Poder Ejecutivo -no se detallan números- más un fondo que se base en impuestos a los privados: 1% de las ganancias de fabricantes e importadores de comida para perros y gatos (mercado que mueve unos 50 millones de dólares por año), 1% del comercio de remedios para perros y gatos (que genera más o menos lo mismo), las carreras de caballos (25 millones de dólares) y la venta de perros con pedigrí (un millón).

El miércoles se formó la Comisión Nacional Pro Hospital Público Veterinario, que cuenta con el apoyo de militantes y de la Sociedad Uruguaya de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales, y obtuvo “señales muy buenas” por parte de la Facultad de Veterinaria. Cossia buscará también aliados en diputados como el frenteamplista Juan Ruiz, el colorado Walter Verri y el blanco Alejo Umpiérrez, a los que considera “colegas bicheros”.