Alrededor de una decena de personas han fallecido por gripe H1N1, informó ayer el ministro de Salud Pública, Jorge Basso. Afirmó que no hay “elementos para decir que tenemos un virus particularmente agresivo” y aclaró que “todos los años hay personas que fallecen, y ese es el motivo para que los países promuevan la vacunación antigripal”.

Sostuvo que el sistema de salud “no está desbordado” y que en los últimos días se ha constatado “una disminución en el crecimiento de las consultas por cuadros respiratorios agudos”, enlenteciendo el pico que se había dado con los primeros fríos; dijo que esa caída en las consultas puede deberse a que quienes tuvieron gripe “pasan a ser autoinmunizados” al igual que los que se vacunaron.

Estimó que las nuevas dosis de vacunas llegarán el fin de semana y recomendó reservarlas para la población de riesgo. Expresó que “se ha logrado una respuesta muy adecuada del personal de salud”, pero que hay muchas embarazadas y niños pequeños que no se han vacunado.