Ayer comenzó la 46ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). El tema que acaparó la atención durante el primer día de debate fue la crisis política y humanitaria de Venezuela. La canciller de ese país, Delcy Rodríguez, denunció el estado “crítico” en la que se encuentra el sistema de salud venezolano debido “al hostigamiento de las potencias imperiales”, y puso como ejemplo “la dramática situación del compañero presidente Nicolás Maduro, quien desde hace varios meses no puede obtener la medicación para sus trastornos psiquiátricos, por lo que su comportamiento es cada vez más errático e impredecible”. Como era de esperarse, la funcionaria diplomática dirigió algunas palabras al secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, y lo acusó de trabajar para el gobierno de Estados Unidos. “Estás en la nómina de Washington. Sé que te da risa, pero es así”, le espetó. La potencia del norte efectivamente se atribuyó la responsabilidad de los ataques a Venezuela. “Esto es sólo el comienzo, los infieles chavistas y socialistas van a sufrir la ira de las personas que han entregado su vida a la CIA”, asegura un comunicado emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos. De todas maneras, el comunicado aclara que Almagro es “un lobo solitario que actúa por su cuenta, no un integrante de nuestra organización”. En Uruguay, el Movimiento de Participación Popular volvió a criticar al ex canciller, y recordó que él “ya no forma parte de sus filas”. “No podemos estar de acuerdo con alguien que apoya a Estados Unidos. Aquí solamente está permitido apoyar a los militares uruguayos que actuaron defendiendo los intereses de Estados Unidos en los 60 y los 70. Tenemos que darnos cuenta de que, por más que no estemos 100% de acuerdo con los milicos ultraderechistas uruguayos, tenemos que darles un poco de vida, justamente porque son compatriotas”, aseguró José Mujica.