La Asamblea Nacional Permanente (ANP) se manifestó ayer contraria a la instalación de una segunda planta de celulosa de UPM en Uruguay. “Este modelo de negocio forestal, por su gran escala de producción (más de un millón de hectáreas forestadas), la mala distribución forestal y el uso de venenos, acarrea nefastas consecuencias sobre nuestros bienes naturales, el agua y la tierra, comprometiendo gravemente la producción de alimentos y las posibilidades de una vida sana y saludable para las actuales y las siguientes generaciones”, advierte. “Las pasteras son hoy las mayores latifundistas del país, con más de 200.000 hectáreas cada una dedicadas al monocultivo forestal, actividad que requiere mucho menos mano de obra por unidad de superficie que las habituales actividades de producción de alimentos, por lo que gran parte de la población trabajadora del campo termina siendo desplazada de la tierra”, agrega.

La ANP cuestiona que se le conceda exoneraciones impositivas a la empresa, y sostiene que si bien el gobierno promete empleos y desarrollo local, “sabemos, por la experiencia de las dos plantas que ya funcionan, que no es cierto”. Finalmente, llama a organizarse para “impedir este nuevo avasallamiento de nuestro territorio”.