Los docentes de la Universidad de la República (Udelar) evalúan una medida que no toman desde hace 14 años: las últimas huelgas importantes que los incluyeron fueron en 1994, 2000 y 2002. Pero el Ejecutivo de la Asociación de Docentes de la Udelar (ADUR) aprobó ayer una propuesta con una serie de medidas en el marco de la discusión del proyecto de ley de la Rendición de Cuentas, que incluye la posibilidad de decretar la huelga por tiempo indeterminado en caso de que la Cámara de Diputados “apruebe la propuesta del Poder Ejecutivo de recorte del presupuesto universitario”. La huelga abarcaría a 11.000 docentes y, en caso de sumarse el sindicato de funcionarios de la Udelar, otros 6.000 trabajadores.
Rodney Colina, presidente de ADUR, explicó a la diaria que la iniciativa se trasladó a todos los núcleos de ADUR para que tomen posición, y se podría adoptar una resolución definitiva sobre el plan de medidas el lunes o la semana siguiente. “Se trata de una medida muy dura, hace muchos años que los docentes universitarios no toman una decisión así, y estamos llegando a esto contra nuestra voluntad, porque no hemos tenido ninguna señal positiva desde el Poder Ejecutivo ni de los diputados de la bancada de gobierno para cambiar la Rendición de Cuentas”, explicó el dirigente.
En la propuesta ADUR se declara en conflicto por el recorte y reclama “un compromiso real de parte del Parlamento para hacer que se cumplan los compromisos asumidos ante la Universidad”; no promueve medidas de paro, salvo la huelga en caso de que el proyecto tenga media sanción. Además, llama a participar en la movilización del 9 de agosto convocada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.
Colina recordó que los docentes habían resuelto, en 2015, no recibir el total del aumento salarial previsto para 2016 (3,8%) para poder crear entre 150 y 180 cargos docentes, de forma de mantener las horas docentes por estudiante y en el entendido de que en 2017 contarían con el aumento salarial, lo que ahora caería. “Es muy difícil que un gremio renuncie a un aumento salarial para que la universidad atienda otras necesidades, y el año pasado también evitamos paros, nadie perdió clases ni exámenes, porque optamos por el camino del diálogo. Este año el camino era el mismo, pero el tema es que no hemos tenido ninguna señal política de que vaya a revertirse” lo resuelto por el Poder Ejecutivo, lamentó el dirigente.