Estaba prevista una discreta reunión ayer en el sexto piso de la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, para discutir sobre el traspaso de la presidencia pro témpore del Mercosur, que, según la normativa del bloque, debe ejercer a partir de este mes Venezuela. Ese al menos era el plan del canciller paraguayo Eladio Loizaga, que exigió que los cancilleres de los “miembros fundacionales” del Mercosur -con ese término justificó la exclusión de Venezuela- se reunieran, porque su país no quiere que el gobierno de Nicolás Maduro asuma la pro témpore, una postura que comparte con el gobierno de Brasil. Ese también era el plan del canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, forzado por las circunstancias a intentar conciliar posiciones antagónicas. Sin embargo, hubo un inconveniente, personificado en la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, que en forma imprevista para la mayoría de las cancillerías, llegó ayer a la sede del ministerio y exigió estar presente en el encuentro.

Los otros cuatro representantes de los países del bloque resolvieron que Nin y el vicecanciller argentino Carlos Foradori se reunieran con Rodríguez, mientras que Loizaga y el subsecretario general de América del Sur, Central y del Caribe de Itamaraty, Paulo Estivallet, aguardaban. “Tanto el canciller de Paraguay como el vicecanciller de Brasil se escondieron en el baño, no quisieron darle la cara a Venezuela. Creemos que hay una especie de Almagritis [en referencia al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro] por parte de estos dos funcionarios, que pretenden desconocer las normas fundacionales del Mercosur”, dijo Rodríguez a la prensa, y aseguró que Loizaga es un “ex funcionario del Plan Cóndor”. Se refería a que, según documentos de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay, Loizaga fue durante la dictadura paraguaya un activo integrante de la Liga Anticomunista, una organización internacional de extrema derecha que colaboró con la aplicación del Plan Cóndor en América Latina, y además enfrenta una denuncia presentada en 2005 por violación de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

Más tarde, en la declaración pública de los cuatro países, Loizaga no desmintió su ida al baño, pero aclaró que no quiso esconderse. “Si hemos estado en el baño, quizá haya sido porque la necesidad fisiológica nos ha llamado”, justificó.

Otro excluido ayer durante la peculiar reunión fue el embajador de Bolivia, Benjamín Blanco, que asistió cumpliendo órdenes de la cancillería de su país. Cuando llegó, le explicaron que no se trataba de una reunión oficial del bloque, y se marchó. “Se nos ha informado que no está sesionando ningún órgano del Mercosur”, explicó el embajador a la prensa. Reiteró la posición de su país, favorable al traspaso de la pro témpore, porque “es lo que corresponde, porque se debe respetar el orden institucional de nuestras instituciones y del Mercosur”. Bolivia integra el Mercosur con voz pero sin voto, hasta tanto los parlamentos de los países del bloque ratifiquen su ingreso.

Tras su reunión con los representantes de Argentina y Uruguay, Rodríguez también dio su testimonio a la prensa, apostada en las escaleras del ministerio. “En los próximos días será entregada la presidencia pro témpore a Venezuela por parte de Uruguay. Nosotros queremos nuevamente agradecer a Uruguay y a su gobierno la disposición; es una confirmación y un respeto a los tratados, el de Asunción y el de Ouro Preto, que establecen muy claramente que para el traspaso de la presidencia pro témpore debe transcurrir un semestre y debe hacerse por orden alfabético, no está sujeto a ningún tipo de condicionamiento. Cualquier cosa distinta nos colocaría en la violación de los tratados constitutivos del Mercosur”, manifestó la canciller venezolana. Agregó que conversó también sobre las prioridades de Venezuela para la pro témpore, que son reforzar las capacidades productivas y el comercio interno del bloque.

Rodríguez aseguró que los presidentes Tabaré Vázquez y Maduro conversaron y que ella habló con Nin, y que Uruguay sigue dispuesto a traspasar la pro témpore. Esa fue, efectivamente, la posición de Uruguay en la reunión, y así lo informó Nin. “En pocos días nosotros estamos para hacer el traspaso de la presidencia pro témpore del Mercosur”, comenzó diciendo, en una declaración conjunta que ofrecieron los representantes de los cuatro países “fundacionales”. Nin explicó que cada país mantuvo su posición, y que por tanto el encuentro entró en un cuarto intermedio hasta el jueves -plazo que puede extenderse hasta la semana próxima-, “para que se hagan las consultas necesarias entre todos los países”. El canciller uruguayo dijo que se buscará “una solución que satisfaga a todas las partes, porque el consenso es la norma por la cual se adoptan decisiones” en el bloque.

Nin explicó que la posición uruguaya se basa en el Tratado de Asunción, que establece en su artículo 12 que la presidencia “se ejercerá por rotación de los Estados Partes y en orden alfabético, por períodos de seis meses”, y en el Protocolo de Ouro Preto, que dispone lo mismo en su artículo 5. “Queremos cumplir con lo jurídico. La calificación de un gobierno es independiente de los compromisos jurídicos que uno tiene”, fundamentó Nin.

A su turno, Loizaga explicó que su país “aboga por que todos los estados miembros nos ajustemos efectivamente a lo que establecen nuestras constituciones”, y que quiere respetar “el ADN democrático con el que nació el Mercosur en 1990”; por eso pide que “quien nos represente tenga las credenciales que el protocolo de Asunción exige”.

El jerarca brasileño dijo que “hay cuestiones fundamentales respecto del traspaso de la presidencia a Venezuela que no están todavía resueltas”, porque hay “diferentes interpretaciones sobre los hechos”. “Para el gobierno de Brasil está claro que hay un problema de política en Venezuela, que pone en duda si las credenciales en este momento para asumir la presidencia son las que se esperan”, afirmó.

Argentina, en una posición intermedia, quiere que se logre un consenso, y el discurso de su subsecretario fue ambiguo. “La idea no es ir caminando y mientras tanto ir pateando una lata para adelante, sino tratar de generar un diseño que nos permita consolidar el Mercosur, sobre todo en un momento tan crítico, en medio de las negociaciones con la Unión Europea”, sostuvo Estivallet. Dijo que su país tiene una “posición cooperativa para poder salir con una situación consolidada”.

Nin explicó que cuando haya un acuerdo, citará a la reunión del Consejo Mercado Común para realizar el traspaso de la pro témpore.