Lo aclaró Daniel Martínez, intendente de la capital: el Informe 2015 que la Defensoría del Vecino de Montevideo (DV) presentó ayer no es representativo de los reclamos de los ciudadanos, teniendo en cuenta que los que llegan al call center de la Intendencia de Montevideo (IM) son 67.000 por mes. Pero los 13.736 asuntos que llegaron a la defensoría en sus diez años de existencia hablan de algunas fallas burocráticas.

El año pasado fueron 1.284 asuntos, la mayoría por teléfono, los que le llegaron a la DV. 64% correspondió a mujeres y se centraron en temas como salud y salubridad, saneamiento, contaminación acústica, medioambiente, convivencia y seguridad. Los hombres, 36%, se inclinaron mayormente por quejas sobre discriminación, transporte, vialidad, políticas sociales y cultura; ninguno hizo planteos sobre seguridad. “Eso refleja todavía esos mandatos de género que tenemos que seguir trabajando para modificar”, dijo la defensora, Ana Agostino. En números generales, primaron reclamos sobre limpieza, contaminación acústica, arbolado y edificaciones, en ese orden. La mayor parte provenía del municipio B, y le siguieron el C y el A. Acerca de los dos temas más candentes, Martínez comentó que los servicios de limpieza se están normalizando después de una crisis, y que se está trabajando para lograr el “difícil equilibrio” en el tema de ruidos molestos, que enfrenta a bolicheros y consumidores de la noche con vecinos: “No hay que demonizar a ninguna de las partes”, opinó. En base a los reclamos, la DV se encarga de hacer recomendaciones y sugerencias a la IM, que no son vinculantes.

Agostino aprovechó para reclamar: “Quisiéramos tener más recursos para investigar. Queremos hacer un aporte con datos duros, un aporte comparativo, saber cómo se resuelve un problema en otras ciudades y qué dificultades encontraron”, por ejemplo, sobre temas de tránsito. Agregó que la rotación de los funcionarios es inconveniente, porque algunos están 18 meses y cuando se acostumbran a la dinámica del organismo se van, dejando un agujero. Martínez escuchó los pedidos, silencioso en su asiento.