Alejandro Pacha Sánchez cerró ayer su campaña para la presidencia del Frente Amplio (FA) con la participación de figuras como el ex presidente José Mujica, Lucía Topolansky, legisladores, dirigentes políticos, de gobierno, militantes y hasta niños. El candidato se situó en el medio de un semicírculo de 24 personas, a cada una de las cuales les había pedido “una idea para renovar el FA”.

Una de las propuestas más aplaudidas fue la de un militante que pidió “jerarquizar el trabajo de las coordinadoras y los comités de base”. Se propuso llegar al interior del país, otros pidieron involucrar a las mujeres, llegar a los colectivos afrodescendientes; se reclamó hasta poner un ascensor en La Huella de Seregni para hacerla accesible. Generar espacios para pensar estrategias de un país productivo, así como del desarrollo de la ciencia y la tecnología. No faltaron quienes mencionaron la necesidad de renovar el partido y, al mismo tiempo, retomar las bases fundacionales, así como “hacer una simbiosis entre juventud y experiencia”.

Alguien recordó que el domingo se vota un nuevo Plenario y les pidió a quienes salgan electos “que cambien los estatutos del FA y que se ponga un lugar fijo para la representación de jóvenes de 14 a 24 años en todas las mesas departamentales y nacionales”, “tener un organismo de control de ética de compañeros” que participarán en cargos de los tres niveles de gobierno, y “que personas que tengan offshores o cuentas bancarias en paraísos fiscales no puedan representar al FA”. Más de uno pidió espacios de participación política para los militantes, así como usar herramientas digitales en reuniones de coordinadoras y comités de base. Miguel Fernández Galeano opinó que el FA debe tener “una agenda con banderas que no necesariamente son las que debe tener el gobierno”.

Después de los 24 oradores, se anunció que se escucharía la opinión 25: la de Julio César Migues, personaje del programa Justicia infinita, que jocosamente aseguró que “el Pocho”, como le decía al Pacha, seguramente resultaría electo por carencias del resto de los postulantes, y como propuesta pidió que si tenían inmuebles en desuso “no fueran a poner un quilombo”.

Sánchez se excusó de la indirecta al resto de los candidatos, y orientó su discurso con un llamado a la unidad en el FA. Les envió un mensaje a “aquellos que hablan de que el FA está agotado” y a quienes “les hemos demostrado, con esta campaña, que los frenteamplistas somos capaces de redoblar el esfuerzo”.

“No podemos tomar decisiones que hieran las bases sociales de los cambios”, dijo, y agregó que el FA no se puede permitir alejarse “de las bases sociales de los cambios que nos trajeron hasta acá, y que serán las que van a salir a defender los derechos; y para eso precisamos organizaciones sociales y organizaciones sindicales militando”.

Pidió “politizar las cosas que hacemos” y “volver a dar la batalla de ideas”. “Esta década ha permitido ampliar enormemente derechos, ampliar enormemente las capacidades de consumo” y construir “un sector medio que ahora tiene posibilidades para ampliar su consumo, tener más derechos, ejercer esos derechos, mejorar sus condiciones de vida y estabilidad; pero no hemos logrado cambiar los marcos en los cuales nuestras sociedades analizan y discuten las ideas hegemónicas”. Sin embargo, Sánchez advirtió que se trata de “habilitar la posibilidad de igualdad de oportunidades entre todos y no sólo consumiendo. Si nuestra sociedad piensa que es feliz yendo al shopping a comprar championes, la quedamos como proyecto político”.