-El martes 28 de junio finalizó una huelga de hambre seca de 37 reclusos del módulo 12 del Compen (ex Comcar), que están en régimen de aislamiento, algo que está prohibido por las Reglas Mandela, presentadas aquí hace algunas semanas. ¿Suscribimos acuerdos para violarlos?
-Es 12 es un módulo de máxima seguridad. Los reclusos, por su peligrosidad, requieren un tratamiento diferente al resto. Ellos tienen visita a través de una mampara, patio, están en celdas individuales, hay doble esclusa.
-¿Cuántas horas al día están en el patio?
-Una, dos. También están las intervenciones técnicas, que son el trato diario con el funcionario.
-Eso es aislamiento.
-¿Quién determina quién va al módulo 12? Soy un escalón dentro de un sistema. Estamos buscando flexibilizar la situación; uno no es ajeno a lo que pasa. Hay un sistema que fue impuesto para ese módulo, una decisión, un modelo de gestión que se eligió debido a una situación de crecimiento de determinado tipo de delito, y que es adecuada a los parámetros internacionales.
-No a los recién mencionados.
-Estamos trabajando con la Junta de Tratamiento para lograr progresividad. Tenemos un Comité de Crisis que está trabajando para mejorar la situación de los módulos 8, 10, 11 y 12. El asunto es que, por ejemplo, en el módulo 10 es donde están ocurriendo las cosas más complejas; es un módulo de media seguridad, donde están los reincidentes, igual que el módulo 8. Cuando llegué, en marzo, en el módulo 10 había 700 reclusos, hoy [por junio] son 530. Hicimos una reformulación y habilitamos más plazas en otros módulos que no se había terminado de refaccionar. Basándonos en una buena clasificación de peligrosidad y convivencia, hemos logrado reducir el número de internos, para ubicar a los operadores en las áreas más críticas. Hoy apuntamos a que no se genere conflictividad y se pueda convivir.
-En el módulo 11 están quienes cometieron delitos por primera vez, pero también es un módulo conflictivo.
-En una cárcel hay incidentes; vos podés tener la mejor cárcel del mundo, pero incidentes van a pasar todos los días. Si me preguntaras cuáles son las mejores, te diría: ojalá no hubiera. También hay que tener en cuenta que quien va a los otros módulos es, generalmente, un primario absoluto que detectamos que tiene buena contención familiar, porque eso es importante. Las últimas tendencias internacionales indican que la posibilidad de reincidencia está en la posibilidad de cometer el delito; si hay contención, es menor, entonces hay que ver cuál ha sido el apoyo, si lo visitan, si se habla con la familia sobre qué va a pasar el día después. De todos modos, se están flexibilizando las condiciones de reclusión en todos estos módulos. Un Grupo de Convivencia, integrado por seis educadores, comenzó a trabajar en el módulo 10 con dos grupos de unos 15 internos. En el Polo Industrial se está preparando a unos 150 para que comiencen a salir de los módulos y participen en actividades productivas. En los módulos 10 y 11 se están formando cuadrillas de internos para mejorar la limpieza del entorno. Coordinamos con el Ejército y con la Intendencia de Montevideo para limpiar el área circundante a esos módulos. También las áreas de Educación y Trabajo del INR [Instituto Nacional de Rehabilitación] han puesto como prioridad cambiar la situación de estos módulos, y comenzaron a formar grupos de internos para la construcción de bloques y la preparación de algunos sectores de tierra cercanos, para llevar a cabo actividades productivas.
-Se acordó que el INR pase a ser un servicio descentralizado que se comunicará con el Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Educación y Cultura. ¿Qué reflexión le merece esa decisión?
-Es parte del proceso del INR de quitar las cárceles de la parte policial y militar; se trata de pasar de una lógica más custodial a otra más socioeducativa.
-¿Cómo influye el personal penitenciario en la transformación del sistema?
-Es la base del proceso. El operador tiene que tener conocimientos y debe hacer un abordaje “integral”, tiene que poder intervenir en todos los aspectos, para lograr una progresividad adecuada. Tiene que saber, por ejemplo, que si propone actividades está mejorando la seguridad. Tiene que ser proactivo. Además, se aceleró el ingreso de nuevo personal: se están preparando 35 policías para entrar, y 150 operadores que ingresarán al Comcar.