En su reciente publicación anual, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) consideró que el gobierno de Uruguay tiene “varios desafíos en materia económica”. El “principal”, para el organismo multilateral, parece ser la reducción del déficit, aunque también llama la atención sobre la “tendencia creciente” de la inflación. La CEPAL observa también el reducido margen del gobierno en el frente fiscal, así como los pocos resultados que ha tenido la política monetaria contractiva.

“Al igual que toda la región, Uruguay está viviendo un contexto de fuerte incertidumbre económica”, comienza diciendo el capítulo dedicado a Uruguay del Estudio económico de América Latina y el Caribe que el organismo elabora cada año. En este sentido resalta que, tras 13 años de crecimiento ininterrumpido con tasas “históricamente altas”, en 2016 el Producto Interno Bruto (PIB) permanecerá “casi estancado”.

En este escenario, resalta que el desempeño económico del país en el último año y medio ha sido “negativo” en “varios frentes”. Por nombrar algunos: los datos del primer trimestre muestran una contracción de la actividad de 0,5% con respecto al mismo período del año anterior; la inflación superó la barrera de 10% en los primeros meses del año; el déficit fiscal cerró 2015 en 3,6% del PBI -“el peor registro en 13 años”-, y el deterioro de las cuentas públicas “no se ha revertido en los últimos meses”.

Por otro lado, considera que la “moderada” expansión del gasto del último tiempo, financiada con un mayor endeudamiento neto, “no ha mostrado ningún signo de riesgo estructural”. “El país sigue manteniendo niveles razonables de deuda con relación al PIB, un bajo riesgo de descalce, cuantiosos créditos contingentes con organismos internacionales y un perfil de vencimientos a largo plazo”.

El informe sostiene que fue el pago de intereses lo que determinó que el déficit fiscal alcanzara niveles “históricamente altos”. Sobre los recientes anuncios del gobierno de “diferir” algunos incrementos presupuestarios previstos para 2017 y aumentar las alícuotas más altas del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y de las deducciones previstas, consideró que el Ejecutivo se encuentra en una posición “comprometida”, ya que si bien debería atender las promesas electorales, 70% del gasto está ya indexado o corresponde a partidas que no pueden modificarse.

Sobre la política monetaria el documento afirma que “estuvo muy influida por la evolución y la volatilidad del dólar” y que, pese a los intentos de reducir la oferta de dinero, “se sigue observando un exceso de liquidez en el mercado”.

Respecto del sector externo, se manifiesta la “preocupación” por la concentración de China como principal destino de los tres productos de exportación más importantes en la actualidad (la carne, la celulosa y las oleaginosas), y más aun por la dependencia de Brasil, ya que para productos como la cebada y la malta, los automóviles, los plásticos y, en menor medida, las sustancias químicas, es casi el único mercado de exportación que tiene Uruguay.

En 2015 el PIB creció 1%, aunque este empuje de actividad se concentró en el primer trimestre y permaneció prácticamente estancado el resto del año, debido, principalmente, al desempeño de la producción de pasta de celulosa, ya que el resto de los sectores industriales no mostraron una gran dinámica.

No obstante, el informe destaca el crecimiento del sector de transporte, almacenamiento y comunicaciones, gracias al “continuo aumento de la productividad” de este último rubro y, en menor medida, el de los sectores comprendidos en el rubro “otras actividades”.

Finalmente, se sostiene que los datos disponibles de los primeros meses del año “apuntan a un riesgo de contracción del nivel de actividad”, ya que si bien la actividad turística fue “mejor que la esperada”, el aumento del gasto no llegó a contrarrestar la disminución de las ventas en los comercios.