Expertos representantes de bancos y organismos reguladores de España, Brasil, Chile, Uruguay y de la Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas debatieron ayer en el Banco Central del Uruguay (BCU) sobre los nuevos retos regulatorios y los desafíos que enfrenta el sistema financiero regional y global.

Uno de los puntos más destacados del seminario “Estabilidad, desarrollo y perspectiva del sector financiero regional” fueron las opiniones sobre las nuevas tecnologías en el sistema bancario, conocidas como “Uber financieros” o “Uber banca” por el modelo de negocios que llevan adelante, de naturaleza similar a la de la aplicación de servicios de transporte entre particulares.

El director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay, Jorge Ottavianelli, sostuvo que se necesita revisar el marco regulatorio. “Hubo un cambio de paradigma, y ahora asistimos a una ola de transformaciones que van a modificar esencialmente el negocio”, sostuvo, y adelantó: “Probablemente veamos un proceso de cada vez menos sucursales y menos funcionarios, porque vamos hacia una atención cada vez menos personalizada”.

Ottavianelli consideró que “debe existir espacio para el desarrollo de nuevas formas de banca, pero con reglas iguales para todos”, algo con lo que el presidente del BCU, Mario Bergara, estuvo de acuerdo. Para este último, sin embargo, el dilema actual está entre la innovación y la seguridad, y hay que analizarlo “en el contexto de los intereses que hay en juego”. “Las crisis siempre revientan en el sector menos regulado, y así se contagian rápidamente al resto del sistema”, estimó, por lo que “la lección” sería regular de tal manera que quienes “asumen los mismos riesgos” tengan “la mismas prácticas regulatorias”. Pero el dilema entre innovación y seguridad es, al mismo tiempo, de corto plazo para Bergara, quien estima que en horizontes más largos este conflicto “se diluye”.

Para Bergara “todavía estamos con un grado de fragilidad en el sistema financiero” a nivel global, y por eso, ante la duda de volcarse hacia un lado o el otro, “tenemos que mantener la cautela y, por tanto, seguir priorizando el tema de la seguridad, ya que en definitiva la innovación va a venir igual”.

El presidente del BCU consideró que es “tan perjudicial actuar demasiado rápido, reaccionando políticamente, como demorar en responder”, por lo que lo ideal es “primero, entender la naturaleza del negocio y volver a las bases de por qué se regula, ver si el funcionamiento de las plataformas tecnológicas implica un cuestionamiento de las sustancias del negocio, o simplemente lo que hacen es reformular las plataformas en las que los negocios se hacen”.

Consultado por la diaria sobre este tema, el dirigente de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay, Fernando Gambera, consideró que además de apostar a equiparar las regulaciones en función de los riesgos que asuman las empresas, habría que equiparar también los controles que ejerce el BCU sobre el origen del dinero que se mueve en el sistema.