La dirigencia del Consejo de Banca Oficial de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) había llegado a un preacuerdo, en el marco de la negociación colectiva, por un nuevo convenio salarial, pero la asamblea de trabajadores lo rechazó, el 7 de mayo, y desde entonces se retomaron las reuniones de negociación tripartita, con una nueva plataforma. En estos dos meses, según comentó a la diaria el presidente del Consejo de Banca Oficial de AEBU, Gonzalo Pérez, la negociación no ha avanzado.

Los trabajadores priorizan tres puntos a incluir en el nuevo convenio. Una de las mayores preocupaciones es la de llenar las vacantes en los bancos del Estado. “Los bancos del Estado necesitan personal. Lejos de ser deficitarios, vierten a Rentas Generales cifras millonarias en dólares”, señalan. Pérez explicó que para los próximos tres años está previsto que cerca de 1.000 trabajadores se jubilen, y que hace un año y medio que no hay concursos para llenar las vacantes. “Nos interesa que en los próximos presupuestos de las bancas oficiales se contemple el llenado de vacantes, y que se incluya en el convenio el proceso de renovación generacional”, expresó el dirigente bancario. Por otra parte, y unido a este punto, los trabajadores señalan que los únicos ingresos han sido de becarios y participantes del programa Yo Estudio y Trabajo, una situación que vinculan con “una tercerización de tareas”. “Es fundamental que esos puestos vacantes se llenen de manera genuina, por medio de concursos”, resaltó Pérez.

El tercer punto que preocupa a AEBU es la pauta salarial. Los bancarios advierten que la demora en la firma del nuevo convenio (el anterior venció el 31 de diciembre, aunque sigue vigente) está afectando su salario. En enero tuvieron un ajuste de 5%, que respondía al centro de la banda de inflación prevista por el Banco Central (de entre 3% y 7%). “La inflación a abril ya se comió ese 5%, y a partir de mayo estamos teniendo pérdida salarial mes a mes”, explicó Pérez. Los trabajadores pretenden acordar un ajuste a partir de mayo, que sea un adelanto a cuenta del próximo ajuste de enero.

Pérez opinó que las negociaciones “vienen menos diez; ya no están sobre la mesa algunos aspectos en los que habíamos avanzado, y vemos que los nuevos no tienen andamiento”. El dirigente recordó que la asamblea rechazó el preacuerdo en gran medida porque permitía la extensión horaria, de seis horas y media a ocho, si bien era voluntario e iba acompañado, según Pérez, de un aumento de 22,75%. En aquel entonces, Rafael Fernández, dirigente de la lista 999, una de las que votaron en contra del preacuerdo, había señalado que el ajuste se situaba “por debajo de lo que se paga por horas extras e incluso por tiempo normal”.

El presidente del sector Banca Oficial mencionó que otro aspecto que estaba incluido en el preacuerdo y ya no está entre los puntos a negociar es la equiparación de los beneficios de salud para los trabajadores; el preacuerdo creaba una comisión bipartita para estudiar las inequidades entre los distintos bancos. Pero ese punto también había sido cuestionado por la asamblea de trabajadores: Matías Arbizu, de la lista 575, que también votó en contra en la asamblea de mayo, aseguró que ese ámbito sólo servía “para tirar la pelota para adelante”.

Así las cosas, hoy a las 11.00 habrá un nuevo encuentro en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en el que participarán, por el Poder Ejecutivo, representantes del Ministerio de Economía y Finanzas, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y de cada uno de los bancos oficiales (Banco República, de Seguros, Hipotecario, Central y la Agencia Nacional de Vivienda). Si en el encuentro la posición del Poder Ejecutivo se mantiene incambiada, en la tarde el Consejo de Banca Oficial analizará medidas a tomar. “Seguramente se resuelva la adopción de medidas concretas”, auguró Pérez.