El candidato a la presidencia del Frente Amplio (FA) Roberto Conde evaluó que el clima de la campaña por las elecciones internas de la fuerza política todavía está bastante frío, cuando faltan apenas 24 días para las elecciones. “La campaña ya llegó al casco militante, y es lo que tendríamos que haber alcanzado hace un mes, venimos con atraso”, dijo a la diaria.

Según Conde, el aplazamiento de las internas de mayo para julio, luego de que el país debiera afrontar fuertes lluvias e inundaciones en abril, “desmovilizó a mucha gente”. “En abril habíamos alcanzado cierto clima y compromiso de la base adherente, y recién ahora estamos volviendo a alcanzar ese nivel”. Para el candidato, “la cantidad todavía es insuficiente como para masificar un fenómeno de esta naturaleza”.

Conde realizó estas declaraciones en un acto organizado por su equipo de campaña sobre la agenda de derechos, en el que participaron la ex candidata a la Intendencia de Montevideo Virginia Cardozo, la responsable de la Secretaría de Derechos Humanos de la Intendencia de Canelones, Valeria Rubino, el director nacional de Promoción Sociocultural del Ministerio de Desarrollo Social, Federico Graña, y el asesor de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua, Benjamín Nahoum.

El candidato expresó su deseo de que en la discusión por la Rendición de Cuentas no se pongan en juego los consensos que el FA ya adoptó, como el 6% del PIB para la educación, el financiamiento de las políticas sociales y la inversión pública. También dijo que existe “un componente de razón” en las protestas del PIT-CNT respecto de las pautas salariales, con las que consideran que pueden perder salario real. “Hemos hecho en esta campaña un énfasis muy especial en que el FA debe marcar una línea de no retroceso ante la crisis actual. No se puede retroceder en las conquistas que el pueblo alcanzó”, destacó.

Se habló de mejorar el funcionamiento del FA y profundizar la redistribución de los ingresos. Una expresión de Rubino ejemplificó estos reclamos: “Si no discutimos la sociedad salarial y los bienes se siguen privatizando de manera cada vez más acelerada, lo público, lo que no se compra, se ve disminuido, y la inclusión es una mentira”. En tanto, Graña hizo una autocrítica del diálogo que a veces se da en la interna oficialista: “Existen discursos pseudamente radicales, que no transforman la realidad para nada y lo único que están haciendo es tratar de posponer las discusiones de cambio y transformación”. Cardozo señaló que la mayoría de los temas de la agenda de derechos “no los puso el FA sobre la mesa, sino las organizaciones sociales”, y pidió incorporar a la práctica los discursos inclusivos. Como ejemplo de esta carencia, ilustró: “Tenemos cuatro candidatos hombres, caucásicos y heterosexuales -al menos públicamente-”.