“Hubiéramos querido, así como Uruguay hubiera querido, que el señor Diyab permaneciese en Uruguay”. La nueva representante diplomática de Estados Unidos en Uruguay, Kelly Keiderling, llegó al país la semana pasada, y ayer dio su primera conferencia de prensa, después de una reunión con el presidente Tabaré Vázquez. Fueron varias las preguntas que recibió sobre la situación de uno de los seis ex presos de Guantánamo que llegaron a Uruguay en 2014, Jihad Ahmad Diyab, quien se encuentra desde hace algunas semanas en Rivera, lugar que eligió para pasar Ramadán.

La embajadora agradeció a los uruguayos por “el gesto humanitario” de recibir a los ex presos, y ratificó que “lo que quisiera [el presidente de Estados Unidos, Barack Obama] es cerrar Guantánamo”. Sobre la preocupación de su gobierno por el paradero de Diyab, manifestó que querían que permaneciera en Uruguay, que están “al tanto de los informes de que se ha ido de Uruguay a Brasil”, y que están en contacto tanto con autoridades brasileñas como uruguayas “para ver cómo se le encuentra a este señor”. Al gobierno de Estados Unidos le preocupa, argumentó, “cualquier señor que una vez estuvo en Guantánamo y que puede ser... No controlamos a los seres humanos, quién sabe qué está en su cabeza, es mejor saber si es o no un riesgo, entender en qué está, dónde está, qué planea. En el mundo de la seguridad se hace todo lo posible para entender cuáles podrían ser las amenazas y ver si hay maneras de mitigar esas amenazas, pero primero hay que saberlo”. “Podría ser una amenaza, no lo sabemos”, añadió luego.

Prefirió no responder cuál es el “estatus” de Diyab, si está “libre o cuasi libre”, y sugirió que eso es “cuestión del gobierno uruguayo”. Christian Mirza, coordinador entre el Poder Ejecutivo y los refugiados, dijo a La República que Diyab había avisado que volvería a Montevideo “una semana después del Ramadán”, que terminó el 6 de julio, y aseguró que no está fugado, porque, como el resto de los refugiados, tiene libertad de viajar, salvo a su país de origen.

La diplomática dijo que quisieran que los ex reclusos “se armen una buena vida en Uruguay: que se acoplen a la cultura uruguaya, que aprendan español, y es mucho más difícil si uno está viajando, entrando y saliendo del país, sentir que uno tiene un hogar aquí”. Keiderling confirmó que oficiales del Departamento de Estado de Estados Unidos vinieron a Uruguay para hablar con autoridades uruguayas sobre el tema, y manifestó que la política de su gobierno sigue siendo alentar a otros países “a ver si podrían recibir a más reclusos de Guantánamo”.

La embajadora dijo que tuvo una “conversación lindísima” con Vázquez, quien, según dijo, es “todo un caballero”, y comentó que en la reunión hablaron de temas que impactan en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como “el combate al terrorismo, el narcotráfico, las epidemias”. Si bien dijo que su embajada solicitará que Vázquez tenga una entrevista con Obama cuando ambos participen en la asamblea general de las Naciones Unidas, en Nueva York, dijo que también piden reuniones “80% de las embajadas”, por lo que la confirmación de un encuentro dependerá de “las agendas y el tiempo disponible”.