El Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), en alianza con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), presentó ayer el primer curso de formación en educación inclusiva para maestros de apoyo, que cursarán unos 250 maestros que actualmente dan clases en las escuelas de la Red Mandela, una red de escuelas comunes, públicas, donde niños con discapacidades o dificultades de aprendizaje cursan primaria. Los maestros de apoyo trabajan y tienen como referencia una escuela especial del CEIP, pero en los últimos años han salido de estas escuelas y comenzaron a asistir a grupos de distintas escuelas comunes en los que se ha incluido a niños con discapacidad.
El curso que se lanzó ayer es el primero enmarcado en el nuevo paradigma de educación inclusiva, destacaron las diversas autoridades, por el que se apunta a adecuar y a desarrollar estrategias que permitan mejores resultados a todos los alumnos, con y sin discapacidad. Irupé Buzzetti, directora general del CEIP, dijo que “la pedagogía de la inclusión es mucho más que poder lograr que los alumnos con discapacidad estén en las escuelas comunes” y que, por el contrario, busca “que estén juntos y que se reconozcan en estas diversidades”.
El lanzamiento del curso fue en la Colonia Escolar Nº 261, ubicada en la rambla de Malvín, y contó con la presencia del presidente Tabaré Vázquez. El presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto, se refirió al objetivo de la universalidad de la educación pública y la apuesta a la singularidad. La educación uruguaya, dijo, “desde sus bases, siempre aspiró a la universalidad, y en ese camino sufrió una pequeña distracción y confundió la universalidad con la uniformidad”. “Tal vez muchos de los resultados que hoy tenemos que trabajar para revertir están enmarcados en ese lugar”, dijo, y añadió que el curso permitirá construir “un espacio de análisis conjunto de las singularidades de los estudiantes y del grupo, para producir otras formas de enseñanza. Tal vez ahí esté la gran diferencia y el gran cambio de orden conceptual, estructural, que estamos proponiendo juntos”. La idea, afirmó, es llegar a una educación “de carácter personalizado, en la que la singularidad pase a ser el eje de nuestro trabajo, dejando atrás ese espacio de uniformidad que no nos permitió, durante muchísimas décadas, atender con respeto, profesionalismo, dedicación y cariño a nuestros niños y jóvenes”.