La filial de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) de Barros Blancos anunció ayer que mañana ocupará el Liceo Nº 1 del barrio. Denuncian que a diario se viven “situaciones de violencia” en la institución, “producto del hacinamiento y la falta de personal especializado”: trabajadores sociales, psicólogos, educadores sociales o un profesor orientador pedagógico. Consultado por la diaria, el docente Gonzalo Curuchaga afirmó que están “enojados” porque desde la primera semana de junio están “llamando al CES [Consejo de Educación Secundaria] y siempre dicen que la semana que viene se resuelve. El viernes dimos una especie de ultimátum: si no se resuelve, el miércoles ocupamos”.

Según el comunicado de difusión, el CES está “enterado” de las “continuas situaciones de violencia que sufren estudiantes y profesores, pero evade su responsabilidad y no aporta soluciones de ningún tipo, haciendo promesas que nunca cumple”. Por ello reclaman “mejores condiciones de estudio para sus hijos y de trabajo para los docentes”, y “una educación de calidad, en contra del recorte presupuestal”.

También afirman que el liceo “cuenta con un solo psicólogo para atender los casos que surjan de una población de 1.400 alumnos”, y agregan que “muchos estudiantes se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad psicológica y social”. Curuchaga agregó que “constantemente surgen emergentes y situaciones de conflicto entre alumnos y de alumnos con docentes”, y que “es imposible que un solo psicólogo los pueda atender y amortiguar situaciones más graves”. Aclaró que los alumnos que se ven envueltos en conflictos violentos son minoría, pero la “atención, inevitablemente, se deposita en ellos”. También señaló que en Barros Blancos viven alrededor de 40.000 personas, 5.000 de ellas en edad de concurrir a los centros de enseñanza media, y que el liceo Nº 1 y el contiguo Nº 2 tienen capacidad para trabajar con unos 2.000 alumnos; también hay una UTU a la que concurren unos 200 chiquilines.

Los docentes nucleados en Fenapes exigen “otra institución educativa para la zona” y “completar el equipo multidisciplinario”. Curuchaga aseguró que pelean por una UTU con matrícula para al menos 1.000 estudiantes: “La educación técnica, los oficios, el trabajo manual, cosas que el liceo no ofrece, son muy importantes” para la población del barrio, afirmó.