La compra de 30.000 uniformes policiales a China por parte del Ministerio del Interior (MI) generó polémica desde que se hizo pública. El senador nacionalista Luis Lacalle Pou hizo un pedido de informes al MI, el Tribunal de Cuentas (TC) objetó la compra y el Sindicato Único de la Aguja realizó una intervención con varias trabajadoras cosiendo en la calle, como protesta en el paro general parcial del PIT-CNT en junio.

El miércoles, en la comisión de Industria, Energía y Minería de Diputados, las autoridades del MI explicaron la magnitud del ahorro realizado y la importancia que le asignan a que los policías estén bien vestidos. “Para nosotros, la compra del uniforme policial es una compra estratégica, por varios motivos. Nuestros policías están en la calle muchas horas, todos los días: con tiempo bueno, en invierno, con lluvia, con sol, con calor o con frío, en condiciones a veces bastante inhóspitas, y es nuestra obligación que los funcionarios cumplan sus tareas en las mejores condiciones posibles, cuidando su salud y su imagen. Y esto tiene mucho que ver, también, con la percepción que tiene el funcionario de la dignidad de su propio trabajo, con la forma en que se presenta ante la sociedad, y también con la imagen que nuestros ciudadanos tienen de nuestra Policía, una Policía que debe estar correctamente uniformada, tratar correctamente a la gente, tener presencia”, argumentó el subsecretario del ministerio, Jorge Vázquez, según consta en la versión taquigráfica.

Vázquez explicó que se hizo un contacto con China y se pidió que “nos mandaran muestras de lo que tenían para ofrecernos”. Mandaron muestras que dejaron satisfecho al ministerio y además invitaron a las autoridades a concurrir a presenciar la fabricación. “Fue así que viajamos para ver la infraestructura y la confección de prendas de una empresa que es abastecedora mundial de ropa para ejércitos y policías de distintos países del mundo”, destacó el subsecretario.

El director general de Secretaría, Charles Carrera, dijo que el MI comparte las inquietudes de la Cámara de Industrias del Uruguay, de la Cámara de Industria de la Vestimenta y de la Cámara de la Industria del Calzado, que visitaron en julio la comisión parlamentaria por el mismo tema. Pero aclaró que, en compras anteriores, los proveedores eran locales pero la vestimenta también era fabricada en China. “De los antecedentes estudiados -desde el año 2009 y 2010, y damos fe de ello porque desde esa fecha compartimos el equipo político del Ministerio del Interior- no surge que las adquisiciones de vestimenta para la Policía hayan provenido del trabajo nacional, ya que en todos los casos la procedencia del producto ofertado es de origen chino”, sostuvo Carrera. “A nuestro juicio, lo que existía era una intermediación que hacía que el producto resultara más caro para el adquirente, en este caso el Ministerio del Interior. Ese fue uno de los fundamentos por los que llevamos a cabo esta operación [de compra directa a China]”, señaló.

Luego detalló que los precios ofrecidos por la República Popular China eran muy inferiores, y los productos de mejor calidad que los que ofrecen los proveedores locales. “Por ejemplo, el pantalón táctico, en China lo adquirimos a 12 dólares, y en Uruguay a 25,04 dólares. Con esa diferencia producimos un ahorro de 376.242 dólares”, ejemplificó. El ahorro total que se logró con la operación fue de 4,5 millones de dólares, afirmó Carrera. “En definitiva, creemos que este ministerio hizo una compra que establece ventajas comparativas suficientes en cuanto al precio y a la calidad, y que lo único que se está eliminando es la intermediación local que realizaban algunos empresarios, que lo que hacía era encarecer el producto final. En la mayoría de los casos, los productos que el Ministerio del Interior adquiría en el pasado eran de origen chino; los expedientes están a la vista”, concluyó.